Una mujer pasa frente a una sucursal de Signature Bank. | Reuters

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La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) considerará durante dos días si debe pausar sus subidas de tipos de interés en medio de la incertidumbre en el sector bancario que ha generado la quiebra de los bancos Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank. De subirlos, sería la novena vez que lo hace desde marzo del año pasado, cuando el banco central estadounidense comenzó a incrementar el tipo de interés oficial con el objetivo de poner coto a una inflación desbocada.

Según recoge el medio especializado MarketWatch, las probabilidades basadas en el mercado de que la Fed suba 0,25 puntos los tipos rondan el 70 %, mientras que las de que los dejen tal cual están casi alcanzan el 30 %. Muchos expertos consideran que el organismo debería pausar sus subidas, y el grupo Goldman Sachs prevé que los reguladores hagan caso a las advertencias: este lunes, en una nota a sus clientes, el grupo pronosticó que la Fed pausará sus subidas ya que «los mercados no parecen convencidos» de la solidez del sistema bancario.

Sin embargo, miembros del banco central, como el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, han advertido contra los peligros de utilizar la política monetaria para mitigar la inestabilidad financiera. «La política monetaria no debería tratar de ser aprendiz de todo y maestro de nada», dijo Williams durante un discurso en noviembre del año pasado, recogido por The Wall Street Journal. Con todo, los reguladores llegan a su reunión de dos días -que comienza este martes y desembocará en el anuncio de tipos de la Fed el miércoles- con la inflación todavía muy por encima de su objetivo del 2 % y con un mercado laboral robusto.

En febrero, la inflación en Estados Unidos se situó en el 6 % interanual, su tasa más baja desde septiembre de 2021, tras bajar cuatro décimas respecto a enero.

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Hace dos semanas, la pregunta que se hacían los expertos era si la Fed subiría 0,25 o 0,5 puntos los tipos de interés, pero todo cambió con el colapso del SVB y del Signature Bank, cuya situación financiera había empeorado como consecuencia de la política monetaria del organismo. A raíz de la crisis, los principales responsables económicos del país, y en particular la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el presidente de la Fed, Jerome Powell, han tratado de asegurar a los ciudadanos y a los mercados que la situación no desembocará en una crisis financiera.

El banco central estadounidense, de hecho, ha puesto en marcha un nuevo fondo para que los bancos que necesiten asegurar los depósitos de sus clientes tengan dinero para hacerlo, y aumentó la frecuencia con la que ofrece operaciones de cambio de divisas para asegurar que hay suficientes dólares disponibles en el sistema financiero.

Además, los principales bancos de Estados Unidos se unieron la semana pasada para rescatar al First Republic Bank con 30.000 millones de dólares, que amenazaba con seguir el camino del SVB y el Signature tras una fuerte caída del valor de sus acciones.

El pánico cruzó también el charco y casi acaba con el banco suizo Credit Suisse, que finalmente ha tenido que ser adquirido este fin de semana por su competidor UBS tras la crisis de confianza que estaba hundiendo su cotización en el mercado. Los parches parecen haber surtido efecto: este lunes, Wall Street cerró en verde y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió un 1,20 %, cuando parecen haberse calmado las turbulencias bancarias. La Fed decidió subir los tipos por última vez en febrero. Fue un incremento de 0,25 puntos que los situó en una horquilla del 4,5 % y el 4,75 %, la cifra más alta desde septiembre de 2007.