Choques violentos en París. | Reuters

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Las fuerzas de seguridad francesas realizaron 128 detenciones durante las movilizaciones llevadas a cabo el martes por la noche para protestar contra la aprobación de la reforma de las pensiones y que volvieron a tener como principal foco de tensión la capital. En París, 81 personas fueron detenidas, según fuentes policiales citadas por Franceinfo y BFMTV. Las autoridades estiman que unas 3.500 personas se concentraron en la capital gala, si bien en la mayoría de las localidades las protestas discurrieron sin incidentes.

Los sindicatos han organizado varias jornadas de protestas y paros desde enero en contra de la reforma de las pensiones, cuya aprobación parlamentaria forzó el Gobierno el pasado viernes, a costa de someterse este lunes a dos mociones de censura presentadas por la oposición en la Asamblea Nacional. Los detractores de esta nueva ley han dejado claro que seguirán con las movilizaciones -para este jueves hay prevista un nuevo día de paros-, aunque las manifestaciones son ya prácticamente constantes y más espontáneas.

En Marsella, el puerto marítimo ha amanecido este miércoles bloqueado por piquetes y se prevén nuevos problemas en el transporte en próximas horas. Pese a las quejas, el presidente francés, Emmanuel Macron, no contempla disolver la Asamblea Nacional, como le reclama ya parte de la oposición, o incluso remodelar el Ejecutivo encabezado por Elisabeth Borne, tal como le trasladó el martes en el Elíseo a los representantes de los partidos que sustentan al actual Gobierno en el Parlamento.

El presidente francés afirmó que las manifestaciones callejeras de protesta contra su reforma de las pensiones «no tienen legitimidad frente al pueblo que se expresa a través de sus diputados». En un encuentro en el Elíseo con diputados de su partido, Renacimiento, Macron aseguró que no renunciará a la reforma de las pensiones que acaba de ser aprobada por el Parlamento, como le pide la oposición y los principales sindicatos del país, que mantienen los llamamientos a la huelga y a la manifestación. «La revuelta no puede imponerse a los representantes del pueblo», dijo Macron, según algunos asistentes, a pocos metros de una nueva manifestación espontánea que acabó con enfrentamientos con las fuerzas del orden, una constante que se viene repitiendo en el país desde el pasado día 16.