Logotipo del banco suizo Credit Suisse en su sede en Zúrich (Suiza). | Efe

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Sus palabras fueron consideradas por muchos como el detonante de las fricciones en el mercado bancario internacional, fricciones que han llevado a varias entidades financieras hasta un punto de no retorno. Ammar Abdul Wahed Al Khudairy, presidente del consejo del Banco Nacional Saudí (SNB), que era a su vez la principal accionista de Credit Suisse hasta la compra de emergencia de la entidad suiza a cargo de su competidor, UBS, ha dimitido.

En una entrevista concedida a Bloomberg el pasado 15 de marzo, Al Khudairy descartó una mayor inversión del banco árabe en Credit Suisse, algo que redundó directamente en el nerviosismo de los inversores, y una reacción de rechazo generalizada se apoderó del mercado con respecto a la posición de la entidad suiza, acelerando a marchas forzadas el deterioro de su credibilidad. El desplome de las acciones del banco era solo cuestión de tiempo, y así transcurrió.

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Este lunes, con los mercados todavía hipersensibilizados al clima incierto, el Banco Nacional Saudí (SNB) ha anunciado la renuncia «por motivos personales» de quien hasta ahora ha tutelado este gigante financiero. Al Khudairy trató de suavizar su postura tan solo un día después, afirmando que la posición del banquero árabe era la misma expresada en las semanas anteriores. Aseguró que se tergiversaron sus palabras como «excusas» para desencadenar un «pánico», a su juicio, «completamente injustificado».

Por su parte, empiezan a plantearse encima de la mesa las medidas disciplinarias que podrían enfrentar los gestores de Credit Suisse tras su quiebra. El regulador financiero suizo FINMA no descarta ningún escenario y su presidenta, Marlene Amstad, en declaraciones a la prensa helvética admitió que todavía se está en fase de negociaciones. En todo caso, la clave es garantizar «la fase transitoria de la integración» y «preservar la estabilidad financiera».

UBS acordó hace una semana comprar Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos en acciones y asumir hasta 5.000 millones de francos en pérdidas en una fusión diseñada por las autoridades suizas en medio de fuertes turbulencias en la banca mundial. «Credit Suisse tenía un problema cultural que se tradujo en una falta de responsabilidades», dijo Amstad y añadió: «Se cometieron numerosos errores a lo largo de los años». La FINMA llevó a cabo hasta seis «procedimientos» contra Credit Suisse en los últimos tiempos. «Hemos intervenido y utilizado nuestros instrumentos más potentes», dijo en este contexto la representante suiza.