El papa Francisco en la audiencia semanal en la plaza de San Pedro este miércoles. | GUGLIELMO MANGIAPANE

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La Oficina de Prensa del Vaticano ha confirmado que el papa --que ha sido ingresado este miércoles por la tarde en el hospital de Roma Gemelli-- sufre una infección respiratoria, pero ha excluido que sea causada por la COVID-19. En un comunicado de prensa, el Vaticano ha confirmado que los controles médicos a los que se ha sometido Francisco han revelado «una infección respiratoria (excluida la infección COVID-19) que requerirá algunos días de tratamiento médico hospitalario adecuado». Además, se ha informado de que el Pontífice se había «quejado» en las últimas horas «de algunas dificultades respiratorias» por lo que ha sido trasladado al Policlínico A. Gemelli para someterse a algunos controles médicos.

Fuentes del Vaticano han confirmado a Europa Press que todos los compromisos de su agenda previstos para el jueves y viernes han sido anulados. En un primer comunicado, en el que el Vaticano informaba del ingreso del Papa en el hospital, se había especificado que se trataba de «controles previamente programados», descartando, por tanto, un malestar imprevisto. Según ha reportado el diario 'La Nación', al regresar a la residencia de Santa Marta, tras presidir como cada miércoles la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro, el papa ha comenzado a sentir unas punzadas en el pecho. Por ello, su asistente sanitario personal, Massimiliano Strappetti, le ha aconsejado ir inmediatamente a hacerse unos controles al hospital Gemelli, al que ha llegado en ambulancia.

Por su parte, el diario italiano 'Il Corriere della Sera' ha citado fuentes del hospital Gemelli que informaron de que el papa «sufrió problemas cardíacos al final de la mañana y que por seguridad fue llevado para controles en el departamento de cardiología». Si bien esas mismas fuentes apreciaron que la situación «no era preocupante». «La tomografía computada de tórax habría salido bien y este elemento es evaluado con alivio general por el entorno del papa, a partir del profesor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Govenatorato del Vaticano, que se encuentra el lado del Pontífice», según han relatado estas fuentes al diario italiano.