Creyentes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú rezan y bloquean la entrada a la iglesia del complejo monástico de las Cuevas, en Kiev. | Reuters

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El Estado Mayor de Rusia negó este viernes que la campaña de reclutamiento militar de primavera tenga relación alguna con la movilización forzosa. «Quiero asegurarles que el Estado Mayor no tiene planes de (iniciar) segunda ola de la movilización», dijo el contraalmirante Vladímir Tsimlianski, citado por la agencia TASS. Según Tsimlianski, el número de los militares que participan en la campaña militar en Ucrania es suficiente para cumplir con las tareas planteadas.

El portavoz del Estado Mayor agregó que todos los reclutas, movilizados en el marco de la campaña actual, que se prolongará hasta el 15 de julio, «servirán en territorio de Rusia». «Todos los reclutas serán enviados a puntos de su emplazamiento permanente ubicados en el territorio ruso», dijo. A la vez, insistió en que «ni un solo recluta será enviado a la zona de la operación militar especial» en Ucrania.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó este jueves un decreto para el reclutamiento militar de 147.000 rusos desde el 1 de abril hasta el 15 de julio próximo. El decreto, publicado en el portal de información jurídica del Gobierno ruso, establece que serán convocados rusos entre los 18 y los 27 años de edad. El presente llamado a filas convoca a 12.500 personas más que en 2022, cuando se anunció el reclutamiento de 134.500 personas. Rusia anunció en septiembre pasado una movilización de 300.000 hombres para combatir en Ucrania tras lo que centenares de miles de rusos jóvenes abandonaron el país para evitar ser llamados a filas.

En paralelo, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, abogó este viernes por un alto el fuego inmediato en Ucrania y el inicio de negociaciones de paz sin condiciones previas «antes de que haya una escalada». «Me atrevo a proponer (...) un cese de hostilidades, un alto el fuego sin derecho al movimiento de tropas», dijo Lukashenko durante su discurso anual ante la Asamblea Nacional. Según el mandatario bielorruso, «hay que pararse ahora, antes de que haya una escalada». Advirtió que las perspectivas de paz se esfuman conforme Ucrania sigue recibiendo ingentes cantidades de armamento occidental y Rusia da un impulso al desarrollo de su industria armamentística.

«Hay que empezar las negociaciones. Precisamente ahora y no después», insistió ante cerca de 2.500 invitados al discurso en el Palacio de la República de Minsk. Lukashenko aseguró que hasta el momento los combates en Ucrania han dejado a medio millón de muertos y heridos. «¿Acaso Ucrania no quiere la paz? ¿Pero a quién le interesa su opinión?», dijo en referencia a los aliados del país.

En este sentido, aseguró que «la masacre (en Ucrania) no cesará hasta que el dueño del otro lado del atlántico no dé su visto bueno a ello», en referencia a EE. UU. Según el líder bielorruso, la guerra mundial con «incendios nucleares» se asoma en el horizonte. En este sentido, aseguró que Rusia estaría en su derecho a usar todo su arsenal militar, incluida la munición con uranio y fósforo, «si Occidente trata de aprovechar nuevamente la pausa en Ucrania para (garantizar) su ventaja en las acciones militares». «Los ucranianos creen que pueden ganar y eso es una tontería. Es imposible ganar a una potencia nuclear», resumió.