Trump no está interesado en hablar con Musk mientras en Rusia se frotan las manos y disfrutan del 'show'

El presidente de Estados Unidos asegura que el magnate y hasta hace poco íntimo colaborador suyo «se ha vuelto loco»

Donald Trump y Elon Musk en el Despacho Oval | Foto: Reuters - Nathan Howard

TW
2

La Casa Blanca ha confirmado que el presidente Donald Trump no tiene intención de reconciliarse con Elon Musk, el magnate tecnológico con quien mantenía una estrecha alianza hasta hace poco. Según fuentes cercanas al mandatario, Trump considera que Musk «se ha vuelto loco» y no está «particularmente interesado» en conversar con él en este momento.

El enfrentamiento entre ambas figuras estalló este pasado jueves, cuando Musk criticó duramente el nuevo proyecto fiscal impulsado por la administración Trump. El empresario advirtió que la iniciativa llevaría al país a la ruina, lo que provocó la decepción y el enojo del presidente. «Estoy muy decepcionado porque Elon conocía los entresijos de este proyecto de ley mejor que casi cualquiera de los presentes», declaró Trump ante los medios en la Casa Blanca.

Mientras tanto, en Rusia disfrutan del espectáculo desde la barrera. Uno diría que en el Kremlin se frotan las manos o comen palomitas viendo un serial con el que, por el momento, no salen salpicados. En este sentido el diputado ruso Dmitri Nóvikov ha afirmado que su país estaría dispuesto a ofrecer asilo político a Musk en caso de necesidad, tal y como hizo con el exanalista de la CIA Edward Snowden en 2013. Por su parte, el expresidente Dmitri Medvédev bromeó en su canal de Telegram con la posibilidad de «mediar» entre Musk y Trump por «un precio razonable».

No obstante, y de forma oficial, el Kremlin se ha desmarcado de esta sucesión de acontecimientos, asegurando que se trata de un «asunto interno de Estados Unidos». «No vamos a interferir en eso de ninguna manera ni a hacer comentarios al respecto», zanjó el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Una alianza rota

La relación entre Trump y Musk, que hasta ahora parecía inquebrantable, se ha deteriorado rápidamente en las últimas horas. Lo que comenzó con reproches sobre el plan fiscal derivó en una guerra abierta, con amenazas de anulación de contratos gubernamentales por parte del presidente y acusaciones del magnate sobre la presunta inclusión de Trump en la lista del pederasta Jeffrey Epstein.

El enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk ha escalado hasta convertirse en una guerra abierta, con la Casa Blanca descartando cualquier posibilidad de reconciliación en el corto plazo.

Mientras tanto, en Rusia observan con atención y cierto regocijo este choque de titanes estadounidenses, aunque oficialmente se desmarcan del asunto considerándolo un tema interno aunque peliagudo para Washington. La ruptura de esta alianza, que parecía sólida hasta hace poco, podría tener implicaciones significativas tanto en el ámbito político como en el empresarial, que por el momento cuesta vislumbrar.