La marca alemana ha relanzado con grandes mejoras uno de sus buques insignia, que lleva ya más de treinta años en el mercado europeo | Miquel Àngel Llabrés

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Poco tiene que ver esta quinta generación del Opel Corsa con las anteriores, que en este caso es un buen halago gracias a las grandes mejoras que ha recibido por parte de la marca germana (un rediseño prácticamente total) en todos los aspectos básicos del coche. Con más de treinta años de existencia, el pequeño vehículo del segmento B se ha mantenido en un puesto bastante privilegiado de ventas, aunque con sus altibajos normales. Quizá hay alguna generación que se ha mantenido excesivo tiempo en el mercado, como la anterior a esta que nos ocupa.

ESTÉTICA
Estéticamente, sin recibir un cambio radical de diseño, sí que se ha mejorado signficativamente en todos los ángulos. La parte anterior se caracteriza por disponer de unos faros delanteros bastante originales, que recuerdan un poco a un boomerang y que cuentan con las luces diurnas LED típicas del resto de automóviles de la marca alemana. La parte posterior cuenta con unos faros de mayores dimensiones que los anteriores, que recuerdan un poco a los que llevan actualmente los Astra, además de contar con unos parachoques sobredimensionados perfectamente integrados en el conjunto.

MOTORES
En cuanto a los propulsores, prácticamente todos son de nueva generación o han recibido mejoras importantes para mejorar la relación prestaciones/consumo, que era una cosa que le quedaba pendiente a la marca alemana. Nosotros hemos probado el motor de gasolina 1.4 Turbo de 100 CV, que nos ha sorprendido gratamente. Actualmente, los motores de gasolina sólo tienen opciones de coger terreno en cuanto a rendimiento a los diésel si opta por un turbocompresor, que es lo que se ha hecho en este caso.

Las prestaciones que proporciona este vehículo son bastante buenas en todos los aspectos. Entre la primera y la cuarta velocidades el Corsa tiene mucho empuje, que empieza en las 2.500 rpm y acaba en las 5.500, que es donde se nota el par motor. La quinta y la sexta son mucho más largas, con las que el vehículo tarda mucho en recuperar, lo que hace que los adelantamientos se produzcan de forma más clara en marchas más bajas. El comportamiento del vehículo en carretera es bastante dinámico, aunque se ha optado por una amortiguación un poco demasiado blanda, lo que hace que en las curvas subvire un poco, sin que se convierta en un problema en ningún caso.

INTERIOR
El interior del nuevo Corsa ha mejorado las calidades de forma muy clara. A pesar del prácticamente imperceptible aumento de dimensiones, los pasajeros de las plazas posteriores van sentados con el suficiente espacio para las piernas, cosa que en el anterior no se producía de forma tan clara. Quizá de la comodidad el único ‘pero’ que se le puede poner es que los asientos posteriores son excesivamente duros. Los 317 litros del maletero parece una cifra bastante interesante, aunque son un poco aparentes porque donde se gana ese espacio es en la altura y no en la profundidad, con lo que no es tan aprovechable como aparentan los números.

El equipamiento con el que contaba la unidad que hemos probado ha sido otra de sus grandes sorpresas agradables, con elementos que sólo se suelen ver en vehículos de mayores dimensiones y precio, entre las que destacan la pantalla táctil, el asistente de aparcamiento o el detector de ángulo muerto.