Un coche de lujo con gran amplitud para los paajeros y unas líneas que le hacen especial. | Juan Miguel Giménez

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Chrysler es sinónimo de lujo y buen gusto y lujo es lo que tiene este modelo Torpedo de 1929 descapotable que representa los valores de una época en la que el automóvil era cuestión de estatus. Este vehículo de 1929, propiedad de Lucas, con motor de seis cilindros, era el no va más en su época y ahora causa la admiración de los aficionados al motor. El coche, de líneas imponentes, descapotable y con un gran confort interior, es un vehículo de los que un buen coleccionista desea tener, incluso aunque uno no lo sea. Hablamos de un coche que es perfecto para ciudades con el clima como Palma, donde el sol está presenta la mayoría de los días del año y, por tanto, es ideal para dar largos paseos a velocidad moderada para poder disfrutar del paisaje mientras trascurren los kilómetros sin ningún sobresalto, como hace casi noventa años, cuando fue creado.

Este vehículo, cuya fabricación coincidió con una de las épocas más tristes de la economía norteamericana –el crack del 29–, ha llegado hasta nuestros días como algo que se construyó bien y para un largo recorrido. El coche se encuentra en perfectas condiciones con piezas originales y es la admiración de los que lo ven pasar a su lado.

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Este tipo de vehículos fue obra de un pionero estadounidense de la industria automotriz, Walter Percy Chrysler, hijo de un ingeniero de la empresa ferroviaria Kansas and Pacific Railroad. Desde niño vivía fascinado por la maquinaria, a tal punto que, siendo muy joven, construyó su propio modelo a escala de un tren, inventando sus propias herramientas durante el proceso.

SU VIDA
Cuando apenas tenía 17 años fue contratado en los talleres de la ferroviaria Union Pacific como aprendiz, por cinco centavos la hora. A partir de ahí, la ingeniería mecánica no sería solo su profesión, sino su vida. En 1923 Chrysler se convierte en presidente de Maxwell Motors Company y contrata a los ingenieros Fred Zeder, Carl Breer y Owen Skelton para desarrollar un nuevo motor de seis cilindros.

Se les apodó «los Tres Mosqueteros». Este trío diseñaría para Chrysler durante casi dos décadas. En 1924 salió al mercado el primer coche Chrysler, un serie B de semilujo que debutó con el nombre de Maxwell Motors. Estos coches tenían un nuevo y revolucionario motor de seis cilindros, alta compresión y todo lo necesario para conseguir triunfar en este mundo y llegar hasta nuestros días.