El modelo de la marca alemana incorpora un interesante motor del grupo PSA, pero las calidades y la apariencia interior son alemanas | [ ]

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Hace ya prácticamente un año que Peugeot-Citroën cerró la compra de Opel Europa por 2.200 millones de euros, un hecho muy curioso al ser el grupo PSA francés y Opel, alemán.

Esta unión ha hecho cambiar cosas en la marca alemana, como por ejemplo los motores, la mayoría de los cuales, como este mismo 1.6 CDTI, ahora pertenecen al grupo PSA.

Ya tuvimos la ocasión de probar este mismo propulsor en el Crossland, un modelo que salió muy poco tiempo antes, que se diferencia del Grandland por ser un poco más pequeño que el Crossland y poco más.

Este nuevo vehículo, el Grandland X, que vendría a ser por medidas el equivalente al Peugeot 3008, presenta unas dimensiones y características superiores a las del Mokka X, con 4,27 metros de largo y 1,78 de ancho de este último por 4,47 de largo y 1,85 de ancho del Grandland X.

Estéticamente se trata de un SUV muy interesante, con una parte delantera muy al estilo de la marca alemana, con unos faros de diseño moderno y atractivo, en los que, como ya es norma de la casa, la iluminación nocturna es casi perfecta.

En la parte trasera es quizá donde se ve más la influencia del grupo PSA, ya que los faros son más gruesos y de estética más deportiva, que recuerdan un poco a los del nuevo 3008. Además, tiene el colorido de luces led que puso de moda en su día Lexus en sus vehículos.

MOTOR

Esta unidad monta el propulsor 1.6 turbodiésel de origen PSA (Peugeot-Citroën), que desarrolla una potencia máxima de 120 CV.

En esta ocasión, la unidad que hemos probado contaba con el cambio automático, que nos ha parecido interesante en cuanto a escalonamiento de velocidades, aunque desde nuestro punto de vista, le falta un poquito de punch a la hora de acelerar.

En cuanto a prestaciones, las cifras son comedidas, pero interesantes, ya que acelera de forma constante, tardando 12,2 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h y alcanza una velocidad máxima de 185 Km/h, que es más que suficiente.
En la recuperación el vehículo se muestra bastante efectivo, aunque el modelo siempre tienda a circular con marchas más bien altas para penalizar lo menos posible el consumo de combustible.

En este apartado, el motor 1.6 CDTI se muestra bastante efectivo, según marca unos 4,0 litros a los 100 Km en un ciclo combinado, y nosotros hemos notado alguna diferencia de conducirlo con mucha suavidad o llevando a cabo una conducción más sport. La cifra que hemos conseguido nosotros ha sido 5,6 litros, que tampoco está nada mal para un vehículo de sus características.

El comportamiento en carretera, a pesar de ser un modelo bastante alto y voluminoso, ha sido muy bueno, al contar con un buen paso por curva sin que tienda a subvirar en exceso. El interior ha sido otra de las grandes sorpresas positivas de este modelo, ya que es un SUV muy equilibrado en todos los aspectos, con un acomodamiento de los ocupantes de las plazas posteriores mucho mejor que por ejemplo la del Mokka X, que se nota que es más pequeño que éste.

De hecho, los pasajeros de atrás tienen mucho espacio para las piernas, además de contar con un maletero generoso de 514 litros, una capacidad superior a la del Crossland en casi 100 litros.

El equipamiento de serie es de lo más completo, con todos los gadgets en seguridad que viene ofreciendo la marca alemana en sus últimos vehículos, además de la más alta tecnología, aunque algunos plásticos podrían ser mejorables con otros materiales.