El nuevo Hyundai Tucson en un rincón de la carretera de s’Aranjassa nos ha servido como marco ideal para este modelo que ofrece una estética moderna y adopta la última tecnología en seguridad. | Miquel Àngel Llabrés

TW
0

Con sólo acceder al interior del restyling del Hyundai Tucson uno se da cuenta de que la marca surcoreana sigue mejorando tanto en la calidad de sus elementos como en todo lo que se refiere a nuevas tecnologías, sobre todo en lo que respecta a la seguridad de sus ocupantes. Curiosamente, el nombre Hyundai significa literalmente ‘modernidad’, con lo que desde hace ya algunos años, quizá desde la puesta a la venta del nuevo i30 e i40, está fabricando unos productos realmente modernos y al día, que no tienen nada que envidiar a los de la competencia japonesa o europea.

La parte delantera se caracteriza por adoptar unas luces de nuevo y atractivo diseño, muy en la línea de los diseñadores asiáticos, en las que destaca el hecho de que sean muy finas y alargadas, con una iluminación tipo led en la parte interior de los parachoques, que son por cierto también muy voluminosos. No falta una nueva parrilla mucho más imponente, que llama la atención al ser cromada.

La parte posterior también ha sufrido cambios importantes, con iluminación led, que combina perfectamente con las formas de las luces delanteras.

Además de incorporar los motores que tenía hasta ahora, en esta nueva edición se ha adoptado el nuevo propulsor 2.0 CRDI 185 CV con sistema micro-híbrido de 48V y la nueva caja automática de ocho velocidades.

Este propulsor va asociado a un paquete de baterías de 48 voltios y 44 kWh. Equipa una nueva unidad de arranque-generador Mild-Hybrid y la habitual frenada regenerativa, lo que consigue mejorar la eficiencia del vehículo y el consumo de combustible hasta en un 7 %, a la par que reduce las emisiones de CO2.

La tecnología aplicada para la electrificación que emplea esta variante comprende una batería de iones de litio de 48 voltios (0,44 kW/h), un motor eléctrico (MHSG), un convertidor de corriente LDC de baja tensión y un inversor. En fases de aceleración, el generador eléctrico da apoyo al propulsor térmico con hasta 12 kW, reduciendo así el consumo de combustible.
Si hablamos de prestaciones, este vehículo acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, de 80 a 120 km/h en 7,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 201 km/h, que no está nada mal para un vehículo de estas dimensiones y peso.

El consumo que apunta la marca, de 5,8 litros en un recorrido mixto, es bastante bueno teniendo en cuenta todo lo que hemos señalado anteriormente, aunque nosotros hemos conseguido cerca de 6,7, sin tener excesivo cuidado, que es una cifra que no está mal.

El comportamiento en carretera es bastante bueno, ya que el Tucson dispone de unas suspensiones muy equilibradas, que absorben perfectamente las irregularidades del terreno y que le permiten trazar las curvas sin ninguna tendencia a subvirar.

Del interior hay que destacar el hecho de la modernización absoluta de todos sus elementos. Los marcadores tienen una configuración muy lógica, con una lectura fácil.

También cabe destacar la información digital de la pantalla situada en la parte central de los marcadores, en la que los datos aparecen en colores diferentes, que favorece la lectura. En la parte central de la consola se encuentra la pantalla táctil, de dimensiones considerables, en la que se puede manejar toda una serie de ajustes que ayudan a la mejora del ambiente interior del vehículo. El equipamiento de esta versión es realmente impresionante.

La habitabilidad interior es muy buena, ya que tres adultos pueden ocupar las plazas posteriores sin ningún tipo de estrecheces. El conductor va cómodamente sentado aunque podría tener un poco más de espacio para las piernas lateralmente. Los asientos, por su parte, son un poco demasiado duros, aunque se pueden hacer kilómetros sin llegar a estar incómodos.

El maletero tiene 459 litros de capacidad y es de fácil acceso, lo que facilita de forma clara el acceso a la carga.