Fernández Ordóñez. La entidad que preside sitúa el déficit público de este año en el 10,2 por ciento - Archivo

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El Banco de España ha alertado de que existen riesgos de desviación al alza tanto en el nivel de gasto como en el de déficit público y califica de "muy ambiciosos" los objetivos de recorte del gasto que contempla el Ejecutivo para los próximos años. No obstante, asegura que éstos podrían minimizarse con una mayor concreción de las medidas económicas.

En el último boletín económico, la entidad emisora analiza estos aspectos y la Actualización del Programa de Estabilidad que el Gobierno presentó a finales de enero y que incorpora una "importante senda" de consolidación presupuestaria en el horizonte 2013. El objetivo de esta actualización es reducir un déficit del 11,2 por ciento (cierre de 2009) a niveles más cercanos al 3 por ciento durante los próximos años, tal y como exige Bruselas, a través de un recorte de 1,6 puntos en 2010 y de 2,3 puntos entre 2010 y 2013.

Según dicho plan, la mejora del déficit sería "esencialmente" de carácter estructural como consecuencia de los incrementos impositivos ya adoptados pero, sobre todo, de los recortes del gasto público previsto en el propio programa. En este sentido, el Banco de España recuerda que la actualización del plan contempla un recorte adicional del gasto público de 5.000 millones, que se une al recorte del gasto de los Presupuestos de 2010, y un Plan de Austeridad para el periodo 2011-2013.

La entidad gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez considera que los objetivos de recorte del gasto público resultan "muy ambiciosos" y asegura que, en muchos casos, no tienen un precedente histórico. Además, recuerda que el gasto ha mostrado tradicionalmente una inercia elevada y que su tendencia al crecimiento "resulta difícil de doblegar", sobre todo si se tiene en cuenta que depende en buena medida del concurso de las administraciones territoriales.

Déficit del 10,2 por ciento

"Existen desviaciones al alza en el gasto y en el déficit público", señala el supervisor, quien considera "imprescindible" la consolidación fiscal para reducir el grado de incertidumbre bajo el que los agentes toman sus decisiones y establecer las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenible a medio y largo plazo. Por este motivo, alerta también de que el ajuste fiscal puede tener efectos contractivos a corto plazo si no hay un "cambio significativo" en las expectativas, y sitúa el déficit público en el 10,2 por ciento este año y en el 8,9 por ciento en 2011, cifras más pesimistas que las plantadas por el Gobierno (9,8 por ciento en 2010 y 7,5 por ciento en 2011).