ENCIERRO. Tres corredores tuvieron que ser atendidos en el hospital, uno de ellos por herida de asta - Reuters

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Los sanfermines 2010 iniciaron ayer su recta final en una penúltima jornada en la que, casi para los de casa, el mayor espacio en las calles y una tregua en las altas temperaturas de los últimos días permitieron disfrutar aún más de la música y del jolgorio que continúa reinando en las calles.
Tras cerca de 170 horas ininterrumpidas de juerga, las sumadas desde que a mediodía del 6 de julio estallara el chupinazo en el cielo pamplonés, el cansancio ha hecho mella en muchos de los autóctonos, pero son también muchos los que han aparecido ahora con nuevas fuerzas para tomar el relevo y que no decaiga la diversión.
Así, como ya es tradicional en día 13 por la cercanía del país galo y por ser el 14 de julio la fiesta nacional de Francia, muchos los franceses que aprovechen para acercarse hasta Pamplona a disfrutar de unas fiestas que, como todas las mañanas, comenzaron al ritmo de las dianas con las que la banda municipal La Pamplonesa despertó a muchos y avisó de la inminencia del encierro.

Fue la séptima carrera de los sanfermines, protagonizada por los toros de la ganadería salmantina de El Pilar, que la convirtieron en la más corta de estas fiestas y también de las últimas tres décadas, con dos minutos y 14 segundos de duración.
En ese tiempo, los bureles dejaron un corneado a su paso, el joven madrileño J.H.C., de 27 años, que sufrió una herida por asta en el brazo derecho de pronóstico "menos grave", por lo que fue dado de alta tras ser atendido en un centro hospitalario.

También fueron dados de alta los otros dos corredores que fueron trasladados ayer a los hospitales públicos de Pamplona tras el encierro, D.R.L., de 36 años y vecino también de Madrid, con policontusiones leves, y el navarro A.B.P., de 18 años y vecino de Sangüesa, con una contusión dorsal leve.
Según la información del Gobierno de Navarra, de los veintiséis corredores heridos en las siete carreras celebradas hasta el momento permanecen hospitalizados tres, todos ellos con evolución favorable. Se trata del australiano N.W., de 18 años, con fracturas en tres vértebras lumbares sufridas el día 7, y del británico M.M., de 20 años, con una herida por asta de toro sufrida el día 9 en el muslo izquierdo, ambos con pronóstico "grave", mientras que "menos grave" permanece el pamplonés J.P.L.A., de 37 años, corneado en el muslo derecho el día 11.

En total, entre Cruz Roja y DYA, en el encierro de ayer se atendieron a 58 personas en los puestos instalados a lo largo del recorrido de la carrera.
Tras el encierro, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, protagonista indiscutible este año por su 150 aniversario, volvió a llenar las calles de carreras, risas e incluso lloros en los niños más temerosos de los kilikis, todo con el trasfondo elegante de los bailes de los gigantes y de la música de gaitas y txistus.
La música de la Banda de Buñuel en la Plaza de la Cruz, el recital de Jotas en el paseo de Sarasate, las exhibiciones de deporte rural en la Plaza de los Fueros y la música regional en El Bosquecillo, fueron otras de las actuaciones de la mañana.