Miles de personas se congregaron en la Dealey Plaza para rendir homenaje a John F. Kennedy - EFE

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Los actos conmemorativos del asesinato hace 50 años del presidente de EEUU John Fitzgerald Kennedy comenzaron ayer en Washington con una austera ceremonia castrense frente a su tumba en el cementerio militar de Arlington.

Un grupo de gaiteros, como los que tocaron el día de su funeral y como los que el presidente invitaba siempre que podía a las cenas y actos presidenciales, rompieron el silencio del camposanto en el que yacen 300.000 soldados estadounidenses.

A las 8.30 horas de la mañana, con discretos honores militares se hizo una ofrenda floral en memoria de Kennedy, asesinado por las balas de Lee Harvey Oswald en la ciudad de Dallas, en el estado de Texas, a las 12.30 hras de un 22 de noviembre de hace medio siglo.

Desfile

Excombatientes, militares y civiles empezaron a desfilar en una mañana gris y fría en Washington para rendir homenaje al gobernate frente a la llama eterna que marca el lugar donde están enterrados «Jack» y su esposa «Jackie», fallecida en 1994.

Pese a ocupar la Casa Blanca menos de tres años, Kennedy tiene un lugar especial en la memoria de los estadounidenses de todas las edades, que ayer no dejaron de acercarse al Cementerio Nacional de Arlington para guardar un momento de silencio, rezar o dejar una rosa roja frente a la llama eterna.

Durante toda la jornada de ayer, Washington recordó de diversas maneras el 50 aniversario de la muerte de Kennedy, el primer presidente de EEUU asesinado desde 1901 y que fue enterrado de forma solemne tras la celebración de un funeral de estado el 25 de noviembre de 1963 en Washington.

Tumba

El pasado miércoles, el presidente Barack Obama, su esposa, Michelle, y el expresidente Bill Clinton y su esposa y ex secretaria de Estado Hillary homenajearon al asesinado presidente con una visita a su tumba en el cementerio de Arlington.

Los Obama y los Clinton, acompañados por algunos miembros del clan Kennedy, depositaron una corona de flores para un presidente que, según Barack Obama, «cincuenta años más tarde, es recordado para la posteridad como era en vida: joven, y audaz, y osado».