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Un menor ha conseguido el reconocimiento de una minusvalía del 33 por ciento por el estrés postraumático tras haber sufrido acoso escolar, según ha explicado la presidenta de la Asociación Contra el Acoso Escolar (ACAE), Encarna García, quien ha destacado la novedad de esta resolución.

«Es la primera vez que se concede un grado de minusvalía por las secuelas psicológicas que padece este niño, que son terribles, y supone un aviso para aquellos padres que tienen hijos que han sufrido acoso, es importantísimo», destaca.

Este menor, de 15 años, denunció haber sufrido durante cinco años acoso escolar -desde los 5 a los 10 años- en el colegio privado San José del Parque de Madrid y ante la falta de apoyo del centro la madre decidió irse a vivir a Castilla y León.

Han sido los Servicios Sociales de esta comunidad los que han reconocido el grado de minusvalía del niño tras los informes médicos aportados.

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«Este niño está todo el día tomando pastillas para sobrevivir», explica la presidenta de esta organización, que ha ayudado a esta familia a tramitar el caso que van a llevar a los tribunales y en el que acusarán al colegio por omisión de ayuda. «Dejas a tu hijo en el colegio y es el responsable de la guarda y custodia».

«No sólo ningunearon a la madre, sino que le hicieron sentir culpable», ha lamentado Encarna García.

La presidenta de esta organización ha recordado que además de este caso tramitan otra quincena de situaciones de acoso grave y ha insistido en la dificultad de conseguir una sentencia condenatoria, porque la mayoría de ellos son cometidos por menores de 14 años.

«Los jueces siguen si querer ver este problema y el acoso escolar es tan importante o más que la violencia de género; no se está legislando contra el acoso y los menores agresores permanecen impunes», ha dicho García, quien ha añadido que tampoco «hay un fiscal de menores ni nadie que aborde el tema y castigue a los colegios por omisión de ayuda».

La responsable de la Asociación Contra el Acoso Escolar ha expuesto el «escaso apoyo» de los directores y profesores de los colegios cuando se denuncia el acoso escolar y cree necesaria una nueva legislación para regular estas situaciones.

Aconseja a los padres presentar un escrito que quede registrado, ante el colegio o la consejería de educación de la comunidad correspondiente para que se inicie el trámite, ante cualquier sospecha -dificultades para hablar o miedo a ir al colegio- y haciendo constar lo que le pasa a su hijo.

«Los niños no lo cuentan, cuando notes que tu hijo tiene algo raro, hay que registrar la queja; es la única manera de caminar y de hacer que se visualice el tema del acoso».

La situación de este niño «es dantesca» y su vida «es terrible», asegura.

«Piensa que está tomando pastillas y le dan continuos bajones; lo que tiene este niño es crónico, es permanente, porque le han hecho verdaderas aberraciones dentro del colegio».

Para la madre el reconocimiento de este grado de minusvalía «es importante», porque en la resolución se habla de que su hijo ha sufrido acoso escolar.

«Ha sido para la madre una lucha terrible, yo hablo con Teresa y está hecha polvo, pero dentro del dolor que está sufriendo, supone que al menos le han reconocido que ha sufrido acoso escolar, porque en este país que reconozcan que un niño ha sufrido acoso es poco menos que imposible», concluye García.