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Ha concluido y sin éxito el último intento de reformar el Senado para reforzar sus funciones legislativas y su papel político, después de tres años de trabajo en los que se ha consensuado una propuestas que incluye una futura reforma constitucional y aceptado por el PP, que se siente «cómodo» con el documento.

Fuentes de los grupos parlamentarios han explicado a Europa Press que se da el trabajo por finiquitado y que no se llevará al último Pleno de la legislatura, que arranca el martes, ningún documento para su debate. Este era el compromiso que todos los partidos habían alcanzado en 2012 y que no se va a cumplir ya.

Las fuentes consultadas explican motivos diversos, según el partido al que representen, pero coinciden en que se ha pasado el tiempo de hacerse una foto juntos, en plena precampaña por las generales y con unas elecciones catalanas de por medio que ha enconado mucho los ánimos.

Los grupos se reparten las culpas. La ponencia que ha trabajado en la reforma se reunió por última vez el 7 de septiembre y se decidió poner las cartas sobre la mesa. CiU y PNV anunciaron su abstención ante cualquier texto que se llevara al Pleno, y el PSOE anunció que prefería no seguir adelante sin ellos. El PP, que cuenta con mayoría absoluta para aprobar lo que quiera, tampoco dará más pasos ante este panorama.

Según sea el interlocutor, se interpreta que PP y PSOE no quieren quedarse solos juntos, en plena precampaña por las elecciones generales y del debate sobre una reforma profunda de la Constitución. Fuentes socialistas defienden sin embargo que desde el principio han apostado por avanzar con todos los grupos o no tendrá sentido ninguna reforma.

Las fuentes nacionalistas consultadas alegan sin embargo que los dos grandes partidos no han demostrado un interés real por reformar la Cámara y acusan especialmente al PP de seguir maltratando el Senado pero buscar ahora «la foto», a dos meses de ir a votar. Si la voluntad es real, agregan, tiene votos suficientes para aprobar lo que quiera.

Reforma constitucional

Todos los grupos trabajaron desde el inicio de la legislatura en una ponencia para reforzar de alguna manera el papel legislativo y político del Senado. La idea original era aprobar un documento de reforma en esta legislatura y que las novedades pudieran entrar en vigor en la siguiente.

Con los meses, se llegó a un amplio consenso sobre varios asuntos, pero el trabajo volvió a encallar a mediados de 2013 por el debate interno del PSOE sobre una reforma federal del Estado. En 2014 se retomó el asunto y socialistas y 'populares' trabajaron con sus propios partidos para superar reticencias, tanto de sus compañeros del Congreso como de las direcciones nacionales. En el caso del PP, con el respaldo del Gobierno.

Entre otras cosas, en el documento que podría haber salido adelante se define un Senado como Cámara de primera lectura, por delante del Congreso, en las leyes de carácter territorial como son los que afectan a las comunidades autónomas.

Y en este punto, se reconoce que será necesario reformar el Reglamento del Congreso y del Senado, pero también en un futuro la propia Constitución Española, que es donde se define que el trámite parlamentario se inicia siempre en el Congreso. También se mencionaba que se deberá afrontar además la reforma de la composición, cómo se eligen los senadores y cuántos deben ser.

Fuentes 'populares' han explicado que el partido se siente 'cómodo' con el acuerdo, conocido por el Gobierno. Se trataría de una reforma que en cualquier caso tendría lugar la próxima legislatura y ceñida, además, a este asunto. Y censuran que el PSOE no haya querido seguir adelante porque CiU y PNV no lo hagan, lo que en su opinión es una excusa.

Los socialistas, por su parte, reprochan a los dos partidos nacionalistas que hayan optado por la abstención después de todo el trabajo hecho y de tanta declaración pública a favor de la reforma. E insisten en que sin ellos no quieren seguir.

Desde la Entesa pel Progrés de Catalunya (PSC e ICV), defienden el acuerdo y eran partidarios de sacarlo adelante, «el cambio es cualitativo», aseguran las fuentes consultadas. Censuran tanto el cambio de actitud de las fuerzas nacionalistas como que PP y PSOE, después de todo el trabajo, se permitan tirarlo por tierra.