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Bertín Osborne ha levantado críticas airadas y no pocos comentarios favorables por unas polémicas declaraciones sobre la cuestión de los inmigrantes llegados a bordo de la flota del 'Aquarius' al puerto de Valencia este pasado domingo, en las que venía a decir que está bien ayudar a las personas extranjeras que lo necesiten, pero que las administraciones deben ocuparse de los españoles primero.

Este modo de opinar, que recuerda ciertamente al 'America first' que aupó a Donald Trump a la Casa Blanca, y a los postulados populistas que han permitido el ascenso de representantes de la extrema derecha como la italiana Liga Norte o el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia, goza de sus acólitos, muy convencidos del maltrato sistémico que se da a los españoles en detrimento de las personas refugiadas y 'sin papeles' que, según su visión, viven a cuerpo de rey a expensas de las ayudas públicas.

De este modo, en una tertulia en Intereconomía, Osborne lanzó varias frases lapidarias que dejaron a pocos indiferentes. «¿Vamos a ayudar a todo el mundo? Porque si les vamos a dar sanidad, vivienda, educación... Vamos a arreglar primero el drama de los españoles. Esto no es Suiza, macho. ¿Qué porcentaje de parados tenemos en España? Eso hay que verlo. Que hay muchos españoles que no tienen donde caerse muertos».

También aportó como posibles residencias para acoger a estas personas La Moncloa o la comentada casa de Pablo Iglesias e Irene Montero. «¿Por qué no van todos los inmigrantes a la mansión de Pablo Iglesias?», se preguntó.

El actor y presentador también tuvo tiempo para referirse a otro tema de actualidad, como es el posible traslado de los restos del dictador Francisco Franco. «Me la suda donde esté. Que creen empleo», afirmó.