Imagen de una bombilla | Pixabay

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La factura de la luz para un usuario medio ha subido cerca del 11 % en agosto respecto al mismo mes de 2017 -a falta de un día para terminar el mes- y un 2,6 % en relación a julio, con lo que suma su cuarto incremento intermensual consecutivo y alcanza su nivel más alto del año (61,83 euros).

El encarecimiento del recibo se debe a la subida del precio de la electricidad en el mercado eléctrico mayorista, impulsado por el mayor uso de tecnologías más caras, como las centrales de gas y carbón, y por el aumento de las importaciones desde Francia por la indisponibilidad de una parte de su capacidad nuclear.

A falta de un día para que finalice agosto, el recibo de la luz para un consumidor tipo -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora (250 KWh al mes)- se sitúa en 61,83 euros, un 11 % por encima de los 55,74 euros que alcanzó en el mismo periodo de 2017, según datos obtenidos del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

La factura ha subido un 2,6 % con respecto a los treinta primeros días de julio, cuando el precio de la electricidad se situaba en 60,26 euros.

El encarecimiento del recibo responde a la subida de los precios eléctricos mayoristas, que suponen en torno al 35 % de la factura, ya que los costes regulados, que fija el Gobierno, llevan años congelados.

El precio diario de la electricidad en el marcado mayorista se situó ayer, jueves, en 70,99 euros por megavatio hora, el nivel más alto del año, por encima de los 68,51 euros registrados el 6 de agosto.

El precio diario para este jueves -que se fijó este miércoles, un día antes- es de 69,66 euros, ligeramente inferior.

El comportamiento del mercado eléctrico mayorista se debe a un conjunto de razones, entre ellas la menor aportación de la generación eólica e hidráulica, lo que obliga a utilizar en mayor medida las centrales de gas natural y carbón, que son más caras.

A este factor se une el encarecimiento este verano de los combustibles -gas y carbón- y de los derechos de emisión de CO2.

Además, las altas temperaturas en Francia y la indisponibilidad de parte de su capacidad nuclear han presionado al alza los precios en España, al pasar la interconexión de sentido importador a exportador.

En opinión de los expertos, es probable que este comportamiento se prolongue, según reflejan los mercados de futuros.

En este contexto, el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, ha reconocido que resulta «difícil» encontrar una «solución milagrosa» a corto plazo para la evolución de los precios mayoristas, ya que -ha dicho- se trata de un mercado muy competitivo pero que «difícilmente» genera competencia cuando los actores son tan pocos, tanto en la oferta como en la demanda.

«Hay actuaciones que se pueden hacer a medio y largo plazo que hagan que tengamos precios a la baja y que finalmente tengamos un precio eléctrico más bajo y estable que el que tenemos en estos momentos», ha apuntado en declaraciones a la cadena Ser.

El recibo de la luz comenzó el año con un descenso en enero del 7,6 % en tasa intermensual y encadenó bajadas hasta mayo, cuando repuntó un 7,7 %.

Desde entonces ha habido otras tres subidas, del 0,27 % en junio, del 3,16 % en julio y del 2,6 % a falta de un día para que termine agosto.

No obstante, hay que tener en cuenta que, según datos de la CNMC correspondientes a febrero, cerca del 60 % de los consumidores están en el mercado libre y tienen garantizado el precio de la energía durante al menos un año, lo que evita el posible impacto de las variaciones del precio de la electricidad.

Por el contrario, cerca del 40 % de los consumidores están acogidos a la tarifa regulada, denominada PVPC, sujeta a la evolución del mercado mayorista.