La administradora provisional única de la corporación RTVE, Rosa María Mateo, durante su comparecencia en la Comisión Mixta Control Parlamento de la Corporación RTVE y sus sociedades. | Efe

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La administradora única provisional de RTVE, Rosa María Mateo, ha defendido la independencia de su gestión y ha advertido a todos los grupos políticos de que no va consentir que quieran controlar la corporación pública ni le den órdenes.

«Yo vengo aquí a decir la verdad (...) Soy independiente y nadie me va a dar órdenes, ni ustedes ni nadie», ha enfatizado Mateo ante la Comisión Mixta de Control de RTVE, en la que ha acusado a los políticos de que les importe «muy poco» la televisión pública y de que sólo se interesen por ella «cuando la pueden controlar».

«Los trabajadores de RTVE estamos un poco cansados de todos los políticos, perdonen que se lo diga», ha subrayado Mateo.

Ha negado haber dado ninguna instrucción a los servicios informativos y haber recibido órdenes desde el PSOE para llevar a cabo su gestión, algo que «no ha ocurrido ni va a ocurrir».

«No soy podemita, no soy socialista, no soy nada. Soy una ciudadana que cree sobre todo en la libertad de los seres humanos (...) Creo profundamente en la libertad y quiero decirles que mi libertad les beneficia», ha indicado.

En su primera rendición de cuentas ante las Cortes desde su designación el pasado julio, la administradora única provisional ha aseverado que los ceses y nombramientos que ha llevado a cabo se sustentan en criterios profesionales y no pueden ser calificados de purga.

«Purga significa gulag, estalinismo, nazismo, fascismo, franquismo, pinochetismo, campos de concentración, abuso de poder y en definitiva dictadura (...) Los cambios son habituales en las empresas públicas y privadas; los cargos no pertenecen a nadie en propiedad», ha destacado.

Y ha alegado que la imparcialidad, la independencia, la profesionalidad y el compromiso público han guiado sus decisiones.

Mateo, «consciente de la trascendencia y provisionalidad de un reto tan complejo», ha sostenido que los trabajadores de RTVE defienden el periodismo independiente y el concepto de radiotelevisión pública «con uñas y dientes» y ha advertido a los parlamentarios de que les daña una «televisión manipulada que esté al servicio del poder o del gobierno de turno».

Tras insistir en que «está de paso», ha deseado que el concurso público para designar un nuevo Consejo de Administración de RTVE culmine «cuanto antes» para que su mandato provisional dure «el menor tiempo posible».

En este sentido, ha hecho un llamamiento a los políticos para que impulsen la renovación de la corporación hacia una radiotelevisión libre de injerencias.

En una comparecencia muy tensa, especialmente en las réplicas del PP, la periodista ha censurado el tono de las discusiones parlamentarias.

«No es nada agradable estar aquí, y ustedes no me lo ponen nada fácil (...) Yo no me voy a negar a venir aquí nunca jamás, no voy a negarme nunca a dar explicaciones», ha dicho con vehemencia.