El velatorio de Rubalcaba ha hecho coincidir a Felipe González con el que fuera su vicepresidente Alfonso Guerra tras décadas distanciados. | Efe

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El expresidente Felipe González ha despedido emocionado, secándose las lágrimas de los ojos, al que fuera portavoz y ministro de Educación de su Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la capilla ardiente instalada en el Congreso, a la que ha llegado acompañado de su mujer, Mar García Vaquero.

González ha expresado su sentimiento de pérdida de un amigo y de dolor por haber sufrido una «conversación interrumpida que merecía la pena mantener otros cuarenta años» con él. «Lo echo de menos ya y estoy seguro de que lo voy a echar de menos y voy a echar de menos esa conversación interrumpida», ha dicho con emoción en declaraciones en el Congreso, tras visitar su capilla ardiente.

González ha recordado que él tenía 35 años y Rubalcaba 25 cuando se conocieron y que desde entonces, como diría el escritor colombiano Gabriel García Márquez, habían mantenido una «conversación que la muerte ha roto bruscamente».

La emoción del monarca

A su llegada González se ha cruzado con los reyes eméritos, que abandonaban la Cámara, y ha conversado durante varios minutos con el Rey Juan Carlos, así como con el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, a quien ha saludado con un abrazo breve.

Los monarcas se han abrazado con su viuda, Pilar Goya, muy cariñosos. Han sido recibidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y primero han pasado unos minutos hablando los cuatro en el patio. Después se han dirigido a la capilla ardiente donde les esperaba de pie Pilar Goya.

Los monarcas, ante el féretro, se han santiguado y Don Juan Carlos, con los ojos muy llorosos, ha tocado el ataúd mientras que a la reina se le ha escuchado decir «¡Qué pena!».

González y Guerra

El velatorio de Rubalcaba ha hecho coincidir a Felipe González con el que fuera su vicepresidente Alfonso Guerra tras décadas distanciados y ambos se han saludado con un apretón de manos.

Numerosos ministros de los gobiernos de González en los años 80, como Pedro Solbes, José Barrionuevo, Joaquín Almunia, Rosa Conde, Matilde Fernández, José Luis Corcuera, Consuelo Rumí, Narcís Serra y Luis Atienza, han llegado prácticamente al mismo tiempo que él para dar el pésame a la familia en una especie de histórica comitiva.