El secretario general de Organización del Partido, Pablo Echenique | Ricardo Rubio - Europa Press

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Después de que Izquierda Unida reclamara a Unidas Podemos el pasado viernes que intente un acuerdo programático con el PSOE aunque sea sin entrar en el Gobierno, este lunes han sido los Anticapitalistas los que ha apostado por la fórmula de investir a Pedro Sánchez y después pasar a la oposición.

La dirección de Anticapitalistas ha considerado un «fracaso» la táctica de Podemos en la negociación para la investidura porque, a su juicio, «fiaba todas sus bazas» a entrar en el gobierno como «supuesto garante» de las políticas que pretendía poner en marcha.

«Unidas Podemos ha cometido errores muy importantes en su intento de entrar por la puerta de servicio en un gobierno: ni todas las renuncias realizadas han bastado a la voracidad social liberal», ha opinado la corriente morada en un comunicado.

En su conclusión, ha señalado que si el PSOE quiere gobernar en minoría «con el permiso temporal de la izquierda» debe «ganarse los votos cumpliendo» con las demandas programáticas, por lo que exhortan a «negociar desde la izquierda un acuerdo programático de investidura» y después «pasar a la oposición».

A la corriente interna le ha contestado de inmediato el negociador de Unidas Podemos para la investidura fallida y secretario de Acción Política de Podemos.

Pablo Echenique ha descartado negociar con el PSOE un acuerdo programático sin entrar en el gobierno, como reclaman IU y Anticapitalistas, porque esto «se probó» tras la moción de censura que hizo presidente al socialista Pedro Sánchez y «fracasó».

Ha subrayado que el Gobierno de Sánchez ha sido «inestable» y ha estado marcado por «incumplimientos importantes» del acuerdo presupuestario alcanzado por Podemos y PSOE, precisamente porque no se llegó a un gobierno de coalición.

«No ha sido bueno el ensayo», ha alertado el dirigente de Podemos, que ha defendido la entrada de miembros de su partido en el Consejo de Ministros como «la opción más estable» y la que «más garantías da de cumplimiento de un acuerdo programático».

A su vez, ha instado al PSOE a plantear una mesa de negociación «seria» y que se configure pronto para poder sacar adelante la investidura en septiembre, aunque ha lamentado que los socialistas prefieran «buscar el apoyo de dos fuerzas que han pactado con Vox», en referencia a PP y Ciudadanos.

Ha respondido la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, que tiene claro que la prioridad de su partido y del Gobierno en funciones es evitar nuevas elecciones y para ello asegura que explorará «otras vías posibles» como un gobierno «a la portuguesa».

En declaraciones a EFE, Narbona ha descartado volver a intentar el Gobierno de coalición tras el fracaso de las negociaciones para investir a Pedro Sánchez, y ha dicho que «una alternativa que vale la pena considerar» en la propuesta de IU de recuperar la fórmula de un Ejecutivo monocolor con apoyo externo de la izquierda.

En todo caso, Narbona señala que esta vía no cierra el otro camino en el que insiste el PSOE, esto es, pedir la abstención al PP y Ciudadanos para facilitar que Sánchez sea investido presidente y pueda formar Gobierno, abstención que no significa que para los socialistas su prioridad no siga siendo un «Gobierno progresista».

Abstención de PP y Cs que siguen negando ambos partidos de forma radical.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha descartado «absolutamente» la abstención y ha negado cualquier tipo de debate interno dentro del partido en torno a si deberían o no facilitarla.

En una entrevista en Antena 3, García Egea ha asegurado que todos están de acuerdo dentro de su partido y coinciden en que Sánchez «no es de fiar», que el PSOE ya ha elegido sus socios -Podemos, Bildu, ERC y JxCat- y que «esto es puro postureo».

Ha recalcado, en cualquier caso, que el PP no ha recibido «ni una sola oferta» para su abstención, solo un «intento casi coactivo» para que se abstenga «porque sí».

No obstante, está convencido de que el PSOE no tiene el «más mínimo interés» de que el PP les facilite la investidura, como lo demuestra el hecho de haber «dejado clara» su intención de «apartar» a los constitucionalistas en Navarra y de «aliarse» con Bildu.

Críticas que también llegan desde el líder del Cs, Albert Rivera, que ha cuestionado el acuerdo de investidura alcanzado en Navarra, que ha considerado un insulto «al constitucionalismo y al sentido común» porque implica «gobernar con Batasuna».

Durante su discurso al inaugurar el Consejo General de su formación, Rivera ha citado «el ejemplo de Navarra» como parte del «plan Sánchez» para gobernar España.

En esta línea, ha vuelto a arremeter contra el «espectáculo lamentable» que, a su juicio, ofrecieron Sánchez y Pablo Iglesias «por las sillas» y «como si España fuera parte de un botín».