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Carles Puigdemont ha renunciado formalmente a su eventual reelección como presidente catalán al dejar su acta de diputado del Parlament, pues la ley establece que solo los miembros de la cámara pueden optar a la presidencia de la Generalitat.

Puigdemont y el exconseller Toni Comín han renunciado este martes a sus respectivas actas de diputados en el Parlament, un paso indispensable para poder ejercer como eurodiputados en el Parlamento Europeo a partir del próximo 13 de enero.

En las elecciones autonómicas catalanas del 21 de diciembre de 2017 -convocadas a raíz de la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras la declaración unilateral de independencia-, Puigdemont encabezó la candidatura de JxCat desde Bélgica, donde se trasladó a finales de octubre de ese año para esquivar la acción de la justicia española.

En esa campaña electoral, JxCat usó el lema «Para que vuelva el president, hay que votar al president» y aseguraron que si Puigdemont ganaba la contienda regresaría a Cataluña para «restituir» al Govern «legítimo».

Esta estrategia les llevó a imponerse a ERC en unas elecciones que ganó Ciudadanos, y durante más de un mes se especuló con la posibilidad de que el expresidente acudiera al parlamento catalán para ser investido con los votos de JxCat, ERC y la CUP.

Sin embargo, Puigdemont no regresó por el riesgo de ser detenido al pisar suelo español y, entonces, su grupo defendió una investidura telemática que sus socios de ERC no avalaron porque el reglamento del Parlament no contempla la elección a distancia.

El 30 de enero de 2018, día en que se tenía que celebrar la investidura, el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent (ERC), suspendió la sesión al considerar que no había «garantías legales» de que fuera «efectiva».

Tras semanas de discusión, los grupos independentistas presentaron a otros candidatos -primero Jordi Sànchez y Jordi Turull, encausados por el 1-O, y finalmente el actual president, Quim Torra- y, en paralelo, iniciaron una reforma del reglamento del Parlament para incluir la posibilidad de que un candidato pueda ser investido sin estar presente en el hemiciclo.

Desde entonces, Puigdemont y el entorno posconvergente habían asegurado en varias ocasiones que uno de sus objetivos seguía siendo la «restitución» del expresidente.
No obstante, cuando se presentó como candidato de JxCat en las elecciones europeas del pasado mes de mayo ya abrió la puerta a dejar de lado esta aspiración.
«Yo no renuncio, pero es evidente que la modificación de la ley que permitiría la investidura a distancia es algo que aún parece que no tiene ni calendario. Donde se va a jugar una parte importante de la crisis catalana es en Europa y es importante que pueda tener actividad directa allí, a la espera de qué pasa en la legislatura catalana», dijo en una entrevista en eldiario.es.
Ahora, tras dejar su acta como diputado en el Parlament, esta renuncia se hace efectiva, por lo menos durante esta legislatura, a la que parte de la oposición augura una vida más corta que larga.