Loteros de la administración de 'Doña Manolita' de Madrid festejan haber vendido décimos del premio gordo que ha recaído en el número 72.897, dotado con cuatro millones de euros por serie (400.000 euros por décimo), en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad que se celebra este martes en el Teatro Real de Madrid. Esta administración de Lotería madrileña ha vendido también el tercer premio del número 52472 y varios quintos premios. | Efe

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La diosa fortuna y la ilusión han ganado por unas horas la mañana de este martes a la pandemia, a pesar de que se lo han puesto difícil, con un sorteo de Navidad como no habíamos visto hasta ahora: sin público, con mamparas y los niños con mascarillas, y con un Gordo que se ha dejado esperar hasta media mañana.

La suerte la han cantando Unai Barón y Alexander René, y han extraído las bolas Fernanda Daniela Laborde y Yesica Paola Valencia. Alexander se ha dado inmediatamente cuenta de la importancia del premio y con la mano le ha indicado a su compañero que parara. Tenía entre sus manos el Gordo.

Los niños de San Ildefonso han recibido entonces el calor de los periodistas que han podido acudir al Teatro Real y que han hecho hoy de público al aplaudir cada uno de los premios para animar a los chavales en esta tarea que este año ha sido más complicada.
Lo decía el presidente de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), Jesús Huerta, esta mañana: que la lotería se ha resentido a todos los niveles, pero de una forma similar a la de toda la sociedad.

Han bajado las ventas en torno al 11 por ciento respecto a 2019 y los canales tradicionales de venta como clubes, asociaciones, cofradías, equipos o empresas no han tenido su habitual participación.

Eso que se ha traducido en cifras, también se ha dejado entrever esta mañana en el escenario del Teatro Real donde algunos niños han sufrido los nervios propios de un patio de butacas casi vacío: alguna bola se ha caído y alguna voz entrecortada, que 'fastidia' tras los múltiples ensayos que han hecho durante el año en el pequeño salón de actos de la residencia internado de San Ildefonso.

El Gordo, además, ha llegado pasado el mediodía en un sorteo que ha durado algo más de lo habitual, a pesar de que los niños han tenido que cantar un poquito más rápido para compensar el retraso que han supuesto las constantes medidas de higiene y seguridad que se han adoptado por la COVID-19.

Aunque los verdaderos protagonistas durante un buen tiempo han sido los quintos. A los cinco minutos ya habían salido dos ellos, y el primero «ha sonado» muy bien, porque ha estado muy repartido por toda España.

Los quintos han sido los más madrugadores y han querido ir de la mano. Después de cantar los dos primeros casi juntos ha habido que esperar más de una hora para que salieran más premios, y cuando lo han hecho, de nuevo otros dos quintos, y en dos minutos.

Pero es que han cerrado el sorteo otros dos quintos, y uno de ellos con historia: el 43.831. Curiosidades de la vida. Contiene los mismos números que el segundo cuarto en distinto orden (el 38.341).

Mientras, por la calle de El Real se paseaba un leonés disfrazado de obispo y una mujer de bombo. Juan López y «La segunda Doña Manolita», como se hacían llamar, no han querido perderse el sorteo, aunque sea desde la calle.

Esta es la séptima ocasión que Juan acude al teatro pero este año lo hace «muy apenado», ya que es muy «traumático no poder entrar», ha señalado este leonés, a quien le gusta «sentir la magia que hay dentro».

La «segunda Doña Manolita» lleva siguiendo el sorteo en la platea del teatro desde 2012 y este año, aunque en principio pensó quedarse en casa, al final se puso de acuerdo con Juan para acudir.

«Lo voy a seguir desde la calle», ha asegurado a Efe esta mujer, que juega nada menos que 30 décimos.