El rey Felipe VI (2d), la reina Letizia (d), y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), escuchan el Himno Nacional durante la ceremonia de la Pascua Militar celebrada, este miércoles, en el Palacio Real en Madrid. | Fernando Villar

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Felipe VI y la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha aprovechado la ceremonia de la Pascua Militar para rendir homenaje a las víctimas de la Covid-19 y expresar su elogio a la tarea desempeñada por las Fuerzas Armadas (FAS) desde el inicio de la pandemia.
Una crisis sanitaria «sin precedentes», ha dicho el rey, en un año «muy duro» por las miles de víctimas registradas -más de 51.400, según el Ministerio de Sanidad- y por «el dolor y la tristeza» causada en sus familiares.

«En este día tan señalado, nos unimos a todos a todos los españoles para recordar y honrar con profundo respeto a las víctimas que deja la covid-19, para apoyar a sus familias y a quienes sufren la enfermedad», ha remarcado el monarca en el acto celebrado en el Palacio Real con la asistencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de los principales mandos de los tres Ejércitos.

Según don Felipe, los militares han desarrollado un trabajo «extraordinario» para ayudar a desinfectar residencias, montar hospitales de campaña, aliviar el sufrimiento y la soledad de muchas personas y trasladar a los fallecidos en el transcurso de la operación Balmis.
«La sociedad os ha sentido muy cerca y tiene plena confianza en vuestra capacidad, profesionalidad y entusiasmo», ha valorado el jefe del Estado.

Robles se ha unido para rendir un «emocionado» homenaje y recuerdo a quienes perdieron su vida o se han visto afectados por el coronavirus, entre ellos, miembros de las FAS y la Guardia Civil.

«Compartimos su dolor, porque cuando uno solo de nuestros compatriotas ha fallecido como consecuencia de la pandemia, todos hemos sentido profundamente su pérdida», ha apuntado Robles, para quien la muerte de cada español «se ha sentido como propia».
Ha resaltado que el Ejército sea «una gran familia, abierta a todos los españoles» y que «nunca deja a ningún compañero atrás», porque «el dolor de uno, es el dolor de todos».
Como homenaje a las víctimas, Robles se ha comprometido a seguir trabajando y «mirar el futuro con esperanza» al afirmar que el esfuerzo y «las lágrimas que tantos hombres y mujeres de las FAS han guardado para sí» en la operación Balmis representan «un acicate y un estímulo para ganar la batalla» al virus.

También ha enfatizado que la actuación de los militares contra la pandemia la hayan desarrollado de manera «callada, sin buscar protagonismo y haciendo gala de los valores» que caracterizan al Ejército.

Al igual que ocurrió en la recepción del 12 de octubre, la ceremonia castrense se ha visto condicionada por las restricciones sanitarias.

En el Salón del Trono, sólo ha habido un tercio de los invitados, todos con mascarilla y guardando cierta distancia física.

El resto de asistentes han pasado ante los reyes y luego han seguido el acto por pantallas desde el Salón de Columnas.

«La difícil situación sanitaria nos impide celebrar este día como desearíamos», ha lamentado el monarca.

También se ha suprimido el vino de honor con el que habitualmente concluye el acto y en el que don Felipe, doña Letizia y las autoridades tienen ocasión de charlar de forma relajada.

El otro miembro del Gobierno que ha acudido ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Han estado el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villarroya, los de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil, así como el nuevo jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, general Emilio Gracia Cirugeda.

De los doce condecorados, ha habido una mujer, integrante de la Guardia Civil, cuya directora general, María Gámez, también ha participado en el acto.
Felipe VI ha vestido el uniforme de gala de capitán general de la Armada, mientras que la lucido una falda negra y una camisa blanca.

El acto se ha cerrado con el tradicional «¡viva España!» del monarca, al que ha correspondido los invitados con el «¡viva el rey!».