Empleados de Caixabank durante la concentración ante la sede de CaixaBank en València. | BIEL ALIÑO

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La dirección y los sindicatos de CaixaBank han llegado a un acuerdo sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) derivado de la fusión con Bankia, el mayor de la historia de la banca española, que se saldará con 6.452 salidas voluntarias de empleados en España, 1.839 menos que las previstas inicialmente, según han explicado a Efe fuentes sindicales.

Tras un maratón negociador que arrancó el martes, el último día del período de consultas del ERE, la dirección del banco y los sindicatos han alargado la negociación hasta lograr esta tarde un pacto que evita despidos forzosos y contempla prejubilaciones a partir de los 52 años.

Los contactos entre ambas partes arrancaron a mediados de abril con la presentación de un ERE que afectaba a 8.291 personas, y finalmente las extinciones de contratos se han rebajado a un total de 6.452, aunque el pacto contempla también 570 recolocaciones directas en empresas del grupo y 138 vacantes en filiales que se ofrecerán a toda la plantilla.

Fuentes sindicales han asegurado que el ERE evita despidos forzosos y apuesta por la voluntariedad, y han añadido que tampoco contempla cláusula de cierre, es decir, que la empresa no podrá forzar ese número total de salidas de la entidad si no hay voluntarios suficientes.

El acuerdo ha sido posible tras desbloquearse los dos últimos escollos que separaban a ambas partes: la movilidad geográfica de los trabajadores, que quedará limitada por motivos organizativos a 40 kilómetros, aunque el banco ofrecerá compensaciones económicas a los afectados, y las aportaciones a los planes de pensiones de los empleados de CaixaBank, que crecerán un 2 %.

Pese a la voluntariedad, el acuerdo contempla cupos máximos de salidas por territorios y por franjas de edad. Es decir, que se limitan las salidas de 52 y 53 años a un máximo de 750 empleados, y a 1.750 las de trabajadores de 54 y 55 años.

El acuerdo laboral divide a la plantilla en cuatro colectivos: personal de 63 o más años; trabajadores de entre 54 y 63 años (el llamado grupo A), empleados de 52 y 53 años (grupo B) y otros trabajadores de menor edad (grupo C).

El personal de 63 o más años -un colectivo realmente reducido, porque ha ido saliendo de la entidad en anteriores ERE pactados con los sindicatos- percibirá la indemnización mínima legal: 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades.

Los trabajadores de entre 54 y 63 años con una antigüedad de al menos 6 años percibirán una indemnización equivalente al 57 % de su salario fijo hasta los 63 años, así como el pago del convenio especial con la Seguridad Social hasta esa edad y una prima de adhesión al ERE que oscila entre los 18.000 y los 28.000 euros brutos, según su antigüedad.

En cuanto a los empleados de 52 y 53 años con seis años de antigüedad que decidan acogerse al ERE, cobrarán un 57 % de su salario fijo multiplicado por 7 anualidades, fraccionado todo ello en mensualidades hasta los 63 años, así como el correspondiente pago del convenio de la Seguridad Social hasta los 63 años y una prima única de 38.000 euros. No obstante, la prestación por desempleo se descontará de la indemnización total a estos dos colectivos.

En cuanto al personal menor de 52 años dispuesto a abandonar la entidad, percibirá 40 días por año trabajado con un límite de 36 mensualidades, con una prima de entre 13.000 y 23.000 euros en función de su antigüedad.

El pacto sobre el ERE resuelve uno de los principales escollos tras la fusión con Bankia, el laboral, y allana al mismo tiempo el recorte de oficinas, puesto que se eliminarán más de 1.500 en toda España.

Fuentes sindicales han asegurado que el recorte de personal arrancará en principio en noviembre en los servicios centrales y a continuación en la red de oficinas, un proceso que los sindicatos creen que se alargará también a 2022.

En la segunda parte de 2021 el banco surgido de la fusión entre CaixaBank y Bankia deberá culminar otro gran reto, la integración tecnológica.

Desde el principio de la negociación, tanto el presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, como el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, aseguraron que pretendían alcanzar un acuerdo con la representación de la plantilla, pero justificaron la necesidad del ERE para materializar las sinergias de la fusión con Bankia.