Reyes Maroto en su visita al aeropuerto de Palma.

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Los datos publicados esta semana de entradas de turistas internacionales reflejan que en los cinco primeros meses del año apenas han llegado 3,2 millones, con lo que para cumplir las previsiones de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, deberían venir de aquí a fin de año cerca de 37 millones más.

Alcanzar esa cifra significa que entre junio y diciembre tendrían que entrar una media de 5,3 millones de turistas mensuales, muy por encima de los 1,3 millones que llegaron en mayo, aunque en los meses centrales del verano el ritmo se acelerará notablemente, como prevén desde la alianza turística Exceltur.

El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, avanzó esta semana que para el verano esperan 16,9 millones de turistas, lo que sumado a los 3,2 millones que van hasta mayo elevaría la cifra enero-septiembre a algo más de 20 millones.

Por tanto, parece difícil que en los tres meses finales del año se sumen otros 20 millones, máxime teniendo en cuenta que en el último trimestre de 2019 se contabilizaron 16,5 millones.

Datos alentadores en Baleares

En cualquier caso todo el sector coincide en que los datos de 2021 serán mucho mejores que los de 2020, el peor año de la historia del turismo en España, cuando apenas entraron 19 millones de turistas, frente a los 83,5 millones de 2019, ejercicio récord.

Este año hay datos alentadores, como las cifras de Baleares, la única de las grandes receptoras de turistas que mejoró sus números respecto a 2020: entre enero y mayo recibió 599.531 turistas, un 48 % más que en esos meses de 2020.

Pero es un caso aislado, porque el resto de comunidades con mayores entradas de turistas extranjeros -Cataluña, Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid- registró cifras de entradas entre un 72 % y un 80 % más bajas que en enero-mayo de 2020.

En manos de los británicos

La evolución del turismo británico es clave para los números en España, porque se trata del primer emisor de turistas, con más de 18 millones anuales (en 2019), que ahora tienen muchas restricciones para venir.

El Gobierno de Reino Unido tiene a España en semáforo ámbar (lo que significa que al volver a su país deben hacer cuarentena) y solo Baleares está en semáforo verde.

Entre enero y mayo entraron en España apenas 130.000 turistas británicos, muy por debajo de los 6,25 millones de esos meses de 2019. De ser el primer emisor ha pasado a situarse en octava posición, por detrás de países como Bélgica, Suiza, Países Bajos o Portugal.

Estos movimientos han hecho que desde el inicio de la pandemia de la covid el principal emisor de turistas hacia España sea Francia, habitualmente el tercero tras Reino Unido y Alemania, por la cercanía y las facilidades para llegar en coche.

Entre enero y mayo último visitaron a España 750.000 franceses, por encima de los 670.000 alemanes registrados y los 176.000 de Italia, todos ellos con descensos en el entorno del 50 % sobre 2019.

En mayo, casi 7 millones de turistas menos que en 2019

En mayo pasado vinieron 1,36 millones de turistas internacionales frente a casi 8 millones en ese mes de 2019.

Los 3,2 millones de turistas internacionales recibidos entre enero y mayo fueron incluso menos que en los meses más flojos de 2019, en los que la cifra no bajó de los 4 millones.

Y contrastan con los 10,6 millones de los cinco primeros meses de 2020 (cuando sólo fueron «normales» los meses de enero y febrero, porque ya en marzo comenzó el estado de alarma y el cierre del país) y con los 29,3 millones de 2019, sin pandemia.

No obstante, los datos de mayo último sí arrojan un atisbo de luz porque el ritmo de llegadas mejoró sustancialmente las cifras de abril (más que las dobló).

El gasto que hacen los turistas extranjeros en España dibuja el mismo panorama que las entradas: de enero a mayo de este año dejaron en España 3.349 millones de euros, casi una décima parte de los 30.500 millones de 2019 y por debajo también de los 11.700 millones en 2020.