TW
0

Desde que el pasado día 19 de septiembre se desatara la erupción del volcán de La Palma, la caída de ceniza ha sido constante en los municipios y zonas aledañas.

Sin embargo, desde hace unos días, el material que expulsa el volcán es más que ceniza. Las partículas de magma se enfrían rápidamente y se convierten en proyectiles afilados.

Las explosiones provocan una lluvia constante de piroclastos que ya está provocando que el día a día de los habitantes de la isla no pueda desarrollarse con normalidad.

Tampoco pueden hacerlo los científicos y vulcanólogos que se encuentran desplazados en el terreno para analizar todo tipo de pruebas que vaya dejando el volcán.

Un equipo del INVOLCAN, como puede verse en este vídeo, ha tenido que refugiarse detrás de este muro para evitar ser alcanzado por la multitud de piedras que arroja el cono.

Los piroclastos que en ese momento estaba lanzando el volcán eran de tal magnitud e iban a tanta velocidad a que no era compatible con la continuación de sus labores en la zona.