VALENCIA, 02/10/2021.- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (c), el presidente de la Xunta de Galicia, Álberto Núñez Feijoo (i), y el líder del Partido Popular, Pablo Casado, durante la convención nacional del Partido Popular (PP) este sábado en Valencia EFE/Manuel Bruque Convención nacional del Partido Popular en Valencia | Manuel Bruque

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La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha buscado en la convención nacional del PP zanjar la polémica con la dirección nacional, pero su protagonismo en el cónclave de los populares no ha gustado a todos los dirigentes porque, a su juicio, el encuentro no debía girar de nuevo en torno a la batalla por Madrid.

Díaz Ayuso ha buscado arropar de forma explícita al líder de su partido, Pablo Casado, cuando ha dicho que tiene meridianamente claro cuál es su sitio y que su sitio es Madrid, descartando desde el escenario del auditorio del Palacio de las Artes un salto a la política nacional, que siempre ha negado.

Sus palabras han generado satisfacción en la dirección nacional, que defiende que la convención nacional ha sido un éxito y ha trasladado una imagen de unidad.

Pero en el seno del PP hay voces críticas con la presidenta. Cuentan con que Díaz Ayuso va por libre y que así quedo patente en la pandemia. Y que pese a haber hablado de un «infierno político mediático», Ayuso ha buscado cerrar un conflicto que ella misma abrió.

También hay dirigentes que consideran que para bajar el sufflé lo mejor era no decir nada y no que Ayuso centrase en su propia figura un debate en el que los presidentes autonómicos debían explicar sus políticas, como un adelanto de la hoja de ruta que Pablo Casado llevará a cabo desde la Moncloa.

A pesar de ello, esperan que el mensaje lanzado este sábado por la presidenta madrileña desinfle la polémica y acalle el ruido mediático en torno a las luchas internas del Partido Popular.

En la dirección nacional quitan importancia a una polémica que aseguran que resuena más fuera que dentro del PP, aunque admiten que no sabían que actitud iba a adoptar este sábado la presidenta madrileña, y que podían esperar cualquier cosa.

Génova quiere poner el acento en la convención, que, a su juicio, ha sido un éxito porque ha permitido que durante toda la semana se hable acerca del Partido Popular.

En la sala de máquinas de Pablo Casado celebran especialmente su poder para movilizar a la militancia, una capacidad de convocatoria que no tenían hace tres años y que, a su parecer, demuestra el músculo con el que actualmente cuenta el partido.

La dirección nacional cree haber dado con la tecla para un PP ganador: que sus dirigentes pongan a los vecinos por encima de las siglas y de esta forma cada territorio pueda hablar de sus propias necesidades, como ha ocurrido en la mesa de los presidentes autonómicos.

Para mostrar que el partido está engrasado y funciona con todos a una, Casado ha mantenido una comida con los presidentes autonómicos y el menú incluye anécdota porque los asistentes han degustado una sopa con el nombre «Olé mis huevos», que incluye este alimento en su versión poché.

En la comida, que ha sido distendida, han compartido mesa Casado, su mujer, el número dos del PP, Teodoro García Egea, el expresidente de México Felipe Calderón, el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y todos los presidentes autonómicos a excepción del de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.