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Los servicios de emergencia continúan pendientes de las últimas efusiones del volcán de la Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, que los geólogos describen en algunos momentos como un auténtico tsunami de lava.

Así describe el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) en su cuenta de Twitter uno de los desbordes del canal lávico ocurrido en la tarde de ayer y que califican de «impresionante» por la velocidad del magma que manaba del volcán en ese momento.

El último informe de situación del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), fechado a las 06:00 GMT, señala que la erupción continúa comportándose como un mecanismo estromboliano: con fases de explosividad y efusivas.

Recuerda que existen dos grandes coladas. La primigenia, con poco aporte de lava en la actualidad, tiene tres brazos: dos al sur de la montaña de Todoque (uno es el que ha formado el delta lávico o fajana al caer sobre las aguas del océano) y un tercero situado por encima de la montaña.

La segunda, que es la que preocupa más en estos momentos a autoridades e investigadores, está al norte de la colada primigenia y se mueve en dirección noroeste con dos apéndices: uno, que presenta alta intensidad y un amplio recorrido, y otro que es el que atravesó este jueves en diagonal el polígono industrial en el barrio de La Laguna.

La evolución de este último obligó al desalojo de 300 personas en las últimas horas, con lo que el número total de evacuados desde el inicio de la erupción se eleva a 6.800, de acuerdo con el IGNM que cita en su informe datos del Gobierno de Canarias, el Instituto Geográfico Nacional y el Cabildo de La Palma.

Respecto a la sismicidad, señala que, aunque detectado un incremento (24 terremotos durante esta madrugada), «no se está registrando sismicidad superficial significativa».
La calidad del aire es «razonablemente buena» y hasta el momento se mantiene la apertura y operatividad del aeropuerto de La Palma.

El buque cisterna Tomasso S, cedido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y con una capacidad de 7.500 metros cúbicos, ha atracado este jueves en el puerto de Tazacorte, en la isla de La Palma.

El propósito es que el buque cisterna, junto con dos desaladoras portátiles que se están instalando en Puerto Naos, aporten agua de riego para las zonas de cultivo, mayoritariamente plataneras, que se quedaron sin suministro al romper la lava del volcán de La Palma la conducción que las abastecía.