Pedro Sánchez durante el COP26 en Glasgow. | YVES HERMAN

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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reclamó este lunes a la comunidad internacional que actúe con más ambición y determinación frente al cambio climático, un reto ante el que prometió aumentar los fondos de España para financiar medidas en los países en desarrollo.

Sánchez acució a tomarse más en serio la transición ecológica en su intervención en la COP26, la primera de un líder internacional en el plenario después de la inauguración oficial de la cumbre en la que participan unos 120 jefes de Estado y de Gobierno.

Una deferencia que fuentes españolas consideran que no es solo consecuencia de que la última cumbre del clima se celebró en 2019 en Madrid, sino también un gesto de reconocimiento al liderazgo que afirman que tiene España en la lucha contra la emergencia climática.

La apuesta del Gobierno para hacer de este asunto una prioridad fue explicitada por Sánchez durante el fin de semana en la cumbre del G20 celebrada en Roma y volvió a ponerla de manifiesto este lunes durante su alocución en Glasgow, adonde acudió acompañado por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

RIESGOS «CATASTRÓFICOS"

Sánchez consideró que desde la cumbre del clima celebrada en Madrid hace dos años, la certeza sobre los «catastróficos» riesgos de la emergencia climática es cada vez mayor.
«Es evidente que necesitamos un nuevo orden internacional que reconozca el papel de todos los actores, de los gobiernos, de las administraciones públicas, de la ciudadanía, de las empresas y del sector financiero como agentes imprescindibles de cambio», subrayó.
Para conseguirlo, el jefe del Ejecutivo apuntó que la década actual es clave y hay que «alinear la ambición a corto plazo con una mirada de largo alcance».

La buena noticia, según Sánchez, es que se sabe lo que hay que hacer, pero reclamó para ejecutar las medidas que se precisan más ambición, «determinación política y acción inmediata».

Si se eleva la ambición, consideró que hay que respaldar los objetivos con recursos, y por ello opinó que una de las «pruebas de fuego» de la COP26 será cumplir con los compromisos con el Fondo Verde del Clima.

En concreto, que los países industrializados destinen 100.000 millones de dólares anuales (algo más de 86.000 millones de euros) a los que se encuentran en desarrollo para que adopten medidas contra el cambio climático.

EL COMPROMISO DE ESPAÑA

Al hilo de ello, Sánchez dijo que España «hará de su parte» y aumentará un 50 por ciento su aportación a ese fondo hasta llegar a los 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025.

De la misma forma, tal y como recordó también en la cumbre del G20 de Roma, afirmó que España destinará el 20 por ciento de sus derechos especiales de giro (un mínimo de 350 millones de euros) a países vulnerables.

A ello sumó otros 30 millones de euros para el conocido como fondo de adaptación de la ONU.

El presidente del Gobierno reiteró la necesidad de reducir emisiones y elevar el nivel de ambición, apreciación tras la que destacó la importancia del compromiso, que fue ratificado este fin de semana por los líderes del G20, de mantener el techo del calentamiento global en 1,5 grados.

Asimismo, defendió la apuesta por las energías renovables, la eficiencia energética, la movilidad limpia, la conservación y restauración de los ecosistemas y la rehabilitación urbana.

También demandó abandonar los combustibles fósiles, proteger la biodiversidad y preservar los océanos.

Por eso dijo que España ha reducido la generación eléctrica de carbón en un 90 por ciento en los últimos cuatro años, algo que recalcó que se ha conseguido «con diálogo y con paz social» porque se debe de lograr una transición ecológica justa.

Una transición que advirtió de que las sociedades deben percibir no como una amenaza, sino como «una inmensa oportunidad de crecimiento económico inclusivo».

GLASGOW, UN PUNTO DE INFLEXIÓN

Sánchez aseguró que España está dando «pasos decisivos» para acompasar sus inversiones públicas y privadas con el objetivo de la neutralidad climática.
Como ejemplo de ello citó la primera ley de cambio climático y transición energética aprobada en el país y la decisión de destinar a ello casi 30.000 millones de euros en los próximos tres años.

Como colofón de su intervención, llamó a que la COP de Glasgow sea «el punto de inflexión que impulse un verdadero cambio de rumbo del planeta mediante una acción solidaria, contundente y urgente».

«Una acción -precisó- que cierre las brechas de desigualdad y que permita a todos percibir los beneficios de la transición ecológica».