El presidente del PP, Pablo Casado.

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El presidente del PP, Pablo Casado, se está quedando sin apoyos en su partido en un momento en el que la mayoría de su cúpula, pesos pesados de la dirección del grupo parlamentario antes afines e incluso el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, cercano a su número dos, han exigido un congreso extraordinario. Días después de que estallase su guerra con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, Casado aceptó ayer convocar una Junta Directiva Nacional, al ver que la mayoría de sus vicesecretarios y también los portavoces parlamentarios del PP en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo le exigían un congreso extraordinario y algunos amenazasen con dimitir.

El PP ha anunciado además una reunión de Casado mañana con los presidentes autonómicos del partido. Será a las 20.00 en Génova. Díaz Ayuso no está convocada porque no preside el partido en la Comunidad de Madrid. Con esa reunión en horizonte, Casado pierde apoyos a medida que pasan los minutos. En su cúpula, sólo le quedan Pablo Montesinos, Ana Beltrán, Antonio González Terol y el secretario general, Teodoro García Egea, al que el presidente del PP no ha dejado caer pese a que se lo han exigido sus dirigentes, barones territoriales y desde este martes también diputados de la dirección del Grupo Parlamentario Popular. Los barones también le dan la espalda. El viraje más significativo es el del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, amigo de García Egea, y que este martes ha pedido un congreso extraordinario para solventar una situación que es ya «insostenible» después de que la situación haya cambiado mucho desde el jueves y «por desgracia, a peor».

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido abrir una nueva etapa en el PP que permita «desbloquear» la actual «situación de colapso» que atraviesa. No ha sido explícito al pedir un congreso pero sí ha mostrado su convicción de que el PP debe «dar voz a la gente». También el PP andaluz, hasta ahora de perfil en la crisis, ha pedido la celebración «cuanto antes» de un congreso extraordinario con el objetivo de que el PP salga «más unido que nunca», según han pedido el portavoz del partido y también el número dos de Juanma Moreno, Elías Bendodo. En la capital, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha comparecido para anunciar que dejaba la Portavocía nacional del Partido Popular, de común acuerdo con Pablo Casado, al que ha evitado criticar, pero al que tampoco ha respaldado.

También han pedido explícitamente un congreso extraordinario en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Canarias y Cantabria, donde la presidenta del partido, María José Sáenz de Buruaga, ha ido más allá y ha sostenido que Feijóo «es el líder natural» del PP. Los apoyos de Casado también se desmoronan en el Congreso. Casado ha perdido el respaldo de su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, que pide congreso extraordinario, y también de pesos pesados de la dirección del Grupo Parlamentario Popular. Antes afines al presidente del PP, este martes han emitido un comunicado en el que han reclamado por una parte un congreso extraordinario para elegir una nueva dirección y por otra y la «destitución inmediata» del secretario general del PP, Teodoro García Egea.

Entre los firmantes del comunicado figuran Adolfo Suárez Illana el exjefe de gabinete, Pablo Hispán, que hasta el viernes respaldó a Casado o Guillermo Mariscal, secretario general del GPP que, como Belén Hoyo, que ha dimitido como presidenta del Comité Electoral del PP, formaron parte de su equipo en el congreso del partido en el que Casado consiguió ser votado para suceder a Mariano Rajoy. Además, otros diputados como Jaime de Olano o Ana Vázquez han abogado por establecer primero una gestora, que tome las riendas del partido antes de celebrar un congreso para elegir un nuevo líder. Por ahora, nadie ha dado sin embargo un paso al frente para disputar el liderazgo del PP.