Imagen de archivo del excomisario José Manuel Villarejo. | Europa Press

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El excomisario José Manuel Villarejo ha vuelto a apuntar a los vínculos del CNI con el origen de la causa en la que está investigado por supuestos proyectos de espionaje y ha acusado a los servicios de inteligencia de tener un entramado societario, «igual que lo teníamos en el Ministerio del Interior». «Vamos a hablar de cómo el servicio secreto tiene un Cenyt -grupo empresarial de Villarejo-, igual que lo teníamos en el Ministerio del Interior», ha afirmado este lunes el excomisario ante los medios a su salida de la Audiencia Nacional, donde ha declarado como investigado por la pieza principal del denominado caso Tándem. Villarejo estaba citado junto a su mujer, Gemma Alcalá; su hijo, José Manuel Villarejo Gil; y el considerado su socio, Rafael Redondo, quienes, a diferencia del excomisario, se han acogido a su derecho a no declarar, según han informado fuentes jurídicas.

Tanto a su entrada como a su salida del tribunal, Villarejo ha vuelto a señalar públicamente al CNI al decir que el denunciante de esta rama del caso es un agente de los servicios de inteligencia que «tiene un Cenyt» desde 2010 financiado por el Centro y que era competencia de su grupo, pero que «al desaparecer Cenyt del escenario del Ibex 35, ahora son ellos, Global Change». «Me haría ilusión saber por qué ahora Global Change lleva el asesoramiento de todas las empresas del Ibex», ha continuado el excomisario, y ha añadido que ha sido una forma de quitarse la competencia y de destruirle «personal y profesionalmente».

En esta línea de investigación, abierta por presuntos delitos de organización criminal y blanqueo y que discurre en paralelo al juicio por tres presuntos encargos de espionaje en el que se sienta en el banquillo, se busca, en palabras de la Fiscalía, «identificar» a los «integrantes de la trama y a sus colaboradores externos» y determinar su «rol» dentro de «la continuada actividad delictiva desarrollada en torno al Grupo Cenyt». Pero Villarejo ha vuelto a reiterar que sus empresas se conocían «con luz y taquígrafos» y que trabajaba para el CNI. Además del entramado societario atribuido a Villarejo, en esta pieza también se investiga el conocido como proyecto King, un supuesto encargo por parte de unos clientes de Guinea Ecuatorial para perjudicar a uno de los hijos del dictador Teodoro Obiang.