Concentración de protesta a la decisión del Gobierno de España de aceptar para el Sáhara una solución autonómica bajo soberanía marroquí. | Javier Belver

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La cuestión del Sáhara Occidental ha estado presente este miércoles en la sesión de control del Congreso de los Diputados, a pesar de que el tema no se ha tratado como tal en una jornada en la que el presidente, Pedro Sánchez, ha contestado algunas preguntas antes de viajar a Ceuta y Melilla. En su presencia, y también en su ausencia, voces de la izquierda y de la derecha han coincidido en censurar el cambio de estrategia del presidente con respecto a la posición histórica de España en este asunto.

La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha reprochado al PSOE y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la falta de explicaciones por el «giro injustificable» sobre el Sáhara Occidental, que no responde «de ninguna manera» al espíritu de la coalición progresista. Para la dirigente su formación es la garantía de que el ejecutivo emprenderá reformas de izquierdas, y por ello no se plantean la ruptura. «El foco tiene que estar en quien ha producido ese giro inexplicable y que nadie entiende», ha aseverado a los medios de comunicación en los pasillos del Congreso.

La portavoz del PP, Cuca Gamarra, también ha acusado al jefe del Ejecutivo de «traicionar» su programa electoral tras «cambiar de un plumazo» la política sobre el Sáhara, «menospreciando» a los grupos parlamentarios, un extremo sobre el que no ha respondido Sánchez. Posteriormente la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y las ministras Ione Belarra (Derechos Sociales) e Irene Montero (Igualdad) así como los diputados de Unidas Podemos han evitado aplaudir las explicaciones del titular de Exteriores.

José Manuel Albares ha tratado de justificar en el Congreso el cambio de posición del Gobierno sobre el Sáhara Occidental, y frente a preguntas del PP y de Bildu el jefe de la diplomacia española ha defendido la apuesta de Sánchez por el plan de autonomía para el Sáhara planteado por Marruecos, pero sólo ha cosechado aplausos entre los diputados de su mismo color político, poniendo de manifiesto las discrepancias con Unidas Podemos, la parte minoritaria del Gobierno.

De hecho, el canciller no ha recibido el respaldo de la vicepresidenta Díaz ni de las ministras de Unidas Podemos que estaban en el hemiciclo. Ni Alberto Garzón (Consumo) ni Joan Subirats (Universidades) se encontraban en ese momento en el Salón de Plenos. Es más, durante los duelos parlamentarios que el ministro Albares ha mantenido con los diputados Valentina Martínez (PP) y Jon Iñarritu (Bildu), tanto Belarra como Montero apenas han levantado las miradas de sus dispositivos móviles.

También se ha visto a la ministra de Igualdad negando con la cabeza las palabras de su compañero de Consejo de Ministros en alguna ocasión e incluso sacando un libro casi al final de su intervención para ponerse a leer. Yolanda Díaz, por su parte, ha abandonado el hemiciclo poco antes de que el ministro de Asuntos Exteriores concluyera sus réplicas.

En esta ocasión, al contrario de lo que ocurrió con la decisión de Sánchez de enviar armas a Ucrania para defenderse de los ataques de Rusia, las ministras de la coalición han estado todas a una en sus divergencias sobre el Sáhara Occidental con el PSOE. Las palabras de Albares en el Pleno han estado además salpicadas por algunos gritos del PP, que preguntaban a los gritos los diputados del PSOE por qué aplaudían y a los de Unidas Podemos por dónde estaban hoy las banderas, en referencia a las enseñas del Sáhara que este pasado martes portaron en el hemiciclo, una protesta que también se llevó a cabo en el Parlament balear, en este caso a cargo de Més, los socios econacionalistas de Francina Armengol.