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El Gobierno de Pedro Sánchez busca de nuevo reducir el precio de la electricidad, que lleva más de un año disparado en España y en Europa, y para ello ha logrado, junto a su homólogo luso António Costa, que el Consejo Europeo permita implantar una serie de medidas excepcionales en la Península Ibérica que abaraten la factura de la luz en los hogares españoles y portugueses en lo que se conoce ya como 'excepción ibérica'.

Se trata de la segunda vez que el Ejecutivo se ve obligado a tomar cartas en el asunto desde que en el segundo semestre del pasado 2021 se aprobase un paquete de normas para limitar su precio que se prolongan a día de hoy, como reducir el IVA al 10%, rebajar el Impuesto Especial sobre la Electricidad (IEE) al 0,5%, y suspender el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE).

Este viernes, Sánchez se reunió con los Veintisiete y consiguió que tanto a España como a Portugal se les concediese un "tratamiento especial" temporal a razón de sus circunstancias de desventaja energética respecto al resto de miembros de la UE para tomar medidas extraordinarias en el mercado del gas, cuyo notable aumento de precio como consecuencia de la guerra en Ucrania, pues Rusia es uno de los principales exportadores de gas a Europa.

Existen aún, sin embargo, varios interrogantes sobre el plan del Gobierno para combatir este alza de los precios: ¿en qué consisten las medidas que se van a tomar? ¿Cuándo se reflejará la rebaja en la factura? ¿Hasta cuando se van a prolongar? Y, sobre todo, ¿qué ocurrirá con los precios cuando dejen de estar vigentes?

El plan del Gobierno

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha explicado este sábado en una entrevista para RTVE que el precio de la electricidad tendrá un tope máximo fijado que será inferior al del gas y que "vamos a introducir un sistema de pago" del mismo "como corresponde", con el objetivo de separarlo del precio de la electricidad y que el coste de la luz deje estar sujeto al de las fluctuaciones del mercado del gas.

"Por tanto, lo que haremos es separar el gas del mecanismo de formación de precios", ha avanzado, incidiendo en que la diferencia de precios les llegará a las empresas a través del propio sistema eléctrico con un ajuste horario en el que, "una vez que sepamos cual es el volumen de gas que necesitaremos en cada hora, se prorrateará en el resto de las tecnologías que ofertan al mercado", permitiendo separar una tarifa de la otra.

Llegará a los hogares en alrededor de un mes

Para comenzar a notarlo en la factura deberemos esperar aún varias semanas, pues primero los gobiernos de España y Portugal tendrán que enviar al Consejo Europeo esta próxima semana una propuesta con las medidas que se plantean para que sean autorizadas antes de poder ser aplicadas.

Tras recibir este planteamiento, la Comisión estudiará la propuesta para verificar que todo sea correcto o para recomendar mejoras en un plazo que podría alargarse días o semanas, "y calculamos que en tres o cuatro semanas" podría llegar la respuesta "y hacerlo inmediatamente operativo", ha apuntado la ministra.

Hasta cuándo van a durar

Respecto a cuánto tiempo van a prolongarse estas medidas extraordinarias y temporales, la vicepresidenta tercera ha adelantado que los Veintisiete aprobaron también este sábado, "en línea con una de las propuestas que hizo España el verano pasado", crear un sistema de compra conjunta de gas.

Si esto finalmente llegara a formarse, ha señalado Ribera, y se lograse reducir el precio del gas que se necesita en Europa, "posiblemente nuestro mecanismo de ajuste deje de tener sentido y sería innecesario", aunque "nuestra idea" mientras todo esto tiene o no lugar, es "poder seguir haciendo uso" de ello.

Qué pasará después

Ribera ha contextualizado la situación a la que se han visto sometidos los mercados en los últimos 12 meses, cuando la demanda de gas se ha incrementado a causa de la eliminación del carbón en materia de transición ecológica en un gran número de países y al mercado asiático, que está adquiriendo más gas. Todo ello se ha sumado a la tensión provocada por Rusia, cuyos flujos de gas "cayeron drásticamente ya en primavera" generando una tendencia alcista de los precios desde entonces y que ahora se ha acentuado con el conflicto entre Ucrania y Rusia.

Para evitar que esto vuelva a ocurrir, es necesario que desde Europa se deje de adquirir gas ruso e independizarse energéticamente de Moscú, ha apuntado la ministra, que también ha añadido a la lista buscar otros proveedores, como Noruega, Argelia o Qatar, y apostar cada vez más por las energías renovables.