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El tándem formado por Laura Borràs y Jordi Turull se ha hecho este sábado con el mando de JxCat en el segundo congreso del partido, en el que sus máximos dirigentes han querido marcar perfil netamente independentista y han procurado distanciarse de la vía dialogada que defiende ERC. Junts per Catalunya ha celebrado este sábado en Argelès-sur-Mer, en el sur de Francia, la primera parte de su congreso ordinario -en julio tendrá lugar la segunda-, en el que Carles Puigdemont ha sido relevado por Borràs en la presidencia del partido y Jordi Sànchez ha cedido el testigo a Jordi Turull como secretario general de Junts.

El congreso de Argelès ha sido el de la despedida de la antigua cúpula, aunque tanto Puigdemont y Sànchez como Borràs y Turull han coincidido en sus discursos en su rechazo a la mesa de diálogo y la crítica al Estado por sus incumplimientos en materia de infraestructuras y por el espionaje a independentistas. La primera andanada contra la estrategia de ERC ha llegado en el discurso de Jordi Sànchez, que ha tildado el diálogo con el Estado de "humillación sistemática permanente". "Mientras con una mano se abren a negociar, con la otra activan el móvil para escuchar conversaciones privadas de todos los dirigentes y compañeros del independentismo", ha denunciado.

Puigdemont ha ido un paso más allá y, en su despedida como presidente de JxCat, ha arremetido contra el Gobierno por caer en la "corrupción política, moral y económica", al negarse a invertir las partidas presupuestadas para evitar que Cataluña "funcione" y favorecer así el relato del líder del PSC, Salvador Illa. Por la tarde, la nueva cúpula de JxCat ha seguido en la línea de sus predecesores: Turull ha dicho que la política de pactos de Junts debe estar condicionada a "avanzar" hacia la independencia y ha rechazado poner Cataluña "al servicio de los pactos", en otra crítica velada a sus socios de gobierno.

La nueva presidenta del partido también ha orientado su primer discurso a apretar al Govern que preside Pere Aragonès, al que ha reclamado ser más "ambicioso nacionalmente", además de criticar una mesa de diálogo "en la que ni se dialogará ni se negociará nada", por lo que ha pedido dejar de alimentar "falsas expectativas". El congreso se antojaba plácido tras el acuerdo al que habían llegado Borràs y Turull para repartirse el poder en JxCat, en virtud del cual la presidenta del partido ganaba poder ejecutivo y situaba en puestos clave del organigrama interno a perfiles afines, como David Torrents en la secretaría de organización o Aurora Madaula y Francesc de Dalmases en dos de las cuatro vicepresidencias.

Sin embargo, el resultado de las votaciones se ha decantado a favor de Turull, que ha superado a Borràs por 1.854 votos a 1.776, mientras que perfiles afines a la presidenta del Parlament recibían un voto de castigo, especialmente Torrents (918) y Madaula (919), muy lejos de la cifra obtenida por otros dirigentes. Tal ha sido el descalabro de un puesto crucial como el de Torrents que, al quedar por debajo del 50% de los votos, podría quedar fuera de la dirección, como Esther Vallès, también próxima a Borràs. Fuentes del partido han dado por hecho que habrá un acuerdo entre Borràs y Turull para que ninguno se quede fuera de la ejecutiva, si bien otras voces de la dirección consultadas por Efe advierten de que el reglamento está para ser respetado y, por lo tanto, Torrents y Vallès deben quedar fuera de la ejecutiva. Con la cúpula del partido ya renovada, JxCat culminará su congreso el fin de semana del 16 y 17 de julio en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), en una jornada en la que se aprobarán las ponencias del partido -ideológica, organizativa, municipal y sectorial-, que se han presentado este sábado y que están abiertas a enmiendas de la militancia.