Varias personas, con mascarillas en Galicia. | Europa Press

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Los datos ya no reflejan la transmisión del coronavirus más que en los mayores de 59 años, pero la pandemia sigue entre nosotros y, según varios epidemiólogos, España estaría superando una nueva ola, la séptima, cuya transmisión sería similar a la anterior, aunque sus efectos son cada vez menos graves. El epidemiólogo Óscar Zurriaga, el vacunólogo Fernando Moraga-Llop y el médico de familia Lorenzo Armenteros explican cuál es la situación actual del coronavirus: la transmisión podría ser asimilable a la sexta ola, la de la ómicron, pero la virulencia del virus sigue descendiendo.

Según los últimos datos de Sanidad, la incidencia está ahora en 586 casos por cada 100.000 habitantes, y la ocupación hospitalaria de pacientes COVID es del 5,5 por ciento. Durante el pico de la sexta ola, a mediados de enero, había alrededor de 19.000 ingresados en toda España, lo que suponía un 15,2 por ciento de presión total en los hospitales con las unidades de cuidados intensivos por encima del 23 por ciento, concretamente con más de 2.200 críticos. El pico de las hospitalizaciones de esta séptima ola fue en abril entre los mayores de 60 similar al de la sexta, aunque lo cierto es que la mortalidad se ha ido reduciendo de forma progresiva en los últimos meses.

El vicepresidente de la Sociedad Española de Vacunología, Fernando Moraga-Llop, explica que se han reducido muy notablemente los casos graves de la enfermedad, aquellos que requieren el ingreso en cuidados intensivos o en un centro hospitalario. «Pero lo que no han bajado son los contagios», asegura. La variante actual de covid, comenta, «escapa a la inmunidad», de modo que la gente se contagia igualmente pese a las coberturas vacunales, que por otro lado ya van también perdiendo efecto. «Estamos pasando una ola, que ahora ya va de bajada», explica por su parte Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, que dice que, según cómo se analice, ésta podría ser una extensión de la séptima ola o una nueva, la octava, que ha tenido una gran transmisión en todas las edades.

Este epidemiólogo considera que la sociedad necesitaba ya volver a una cierta normalidad tras la pandemia, pero pide precaución y que se sigan a pies juntillas las recomendaciones generales de usar la mascarilla en sitios sin ventilación o muy concurridos y también en cuanto se tengan síntomas respiratorios. «Si no seguimos con las precauciones, no nos vamos a quitar de encima nunca esta pandemia», explica Zurriaga. Según los últimos datos del Ministerio, 194 personas fallecieron en la última semana. «Son unos datos que, como país, creo que no nos podemos permitir», añade.

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Lorenzo Armenteros, portavoz covid de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, es aún más duro y considera que esta séptima ola ha estado «sesgada», «enmascarada» y ha pasado casi desapercibida ante la voluntad del Gobierno -dice- de pasar página. Excepto en los casos graves, los médicos de Atención Primaria ya apenas ven pacientes de COVID, ni siquiera para indicar bajas médicas, porque, recuerda, «ahora todo el mundo tiene que ir a trabajar incluso estando infectado, también los propios médicos», una medida que a su juicio no ayuda a frenar la transmisión, como tampoco lo facilita que no se haya obligado a las empresas a contar con filtros antivirus en los aires acondicionados.

Tanto Armenteros como Zurriaga y Moraga-Llop piden a la población que sea estricta en el uso de mascarillas y que se aíslen en la medida de lo posible y protejan a los demás si tienen un catarro o sospecha de padecer covid, que, según el médico de familia, está detrás del 90 por ciento de las infecciones respiratorias actualmente. «Si no se complica con variantes más peligrosas, todo indica que se convertirá en una enfermedad endémica», explica este doctor.

Con respecto a si aún hay inmunidad, el representante de los médicos de familia apunta a que hay estudios contradictorios, pero en cualquier caso cree que, salvo en los casos de alto riesgo, no tiene sentido inyectar ya a la población general una cuarta dosis de una vacuna que no está protegiendo ya de la variante existente. Eso defiende también el vicepresidente de la Sociedad Española de Vacunología, que cree, como el doctor Zurriaga, que lo importante es conseguir que todos se inyecten la dosis de refuerzo -la tercera- y esperar a que las vacunas reformuladas a punto de ser aprobadas (la de Hypra, pero también las de Moderna y Pfizer) se puedan inyectar en otoño, con una protección específica contra la ómicron.

En esa misma línea, Moraga-Llop cree más razonable esperar antes de inyectar la segunda dosis de los niños. «Quizás sea mejor disponer de las nuevas vacunas», explica este vacunólogo, que cree que quizás también sea mejor esperar en el caso de la primera dosis para la franja de edad de entre 6 meses y 5 años, cuya vacunación será autorizada, según se prevé, en las próximas semanas.