La presidenta de Madrid, en un reciente acto público. | Efe

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Como bien decían anoche en alguna tertulia radiofónica, no parece que quien ingrese 100.000 euros al año sea clase media. La iniciativa de Isabel Díaz Ayuso para que Madrid conceda becas a familias con rentas de hasta esa cantidad, que plantea su gobierno regional, ha causado múltiples críticas y réplicas por parte de los partidos progresistas.

Este pasado lunes el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha criticado las becas anunciadas por Ayuso, para centros privados destinadas a alumnos de familias con renta media, una medida que, a su juicio, supone «retorcer y violentar» el significado de las políticas de redistribución de renta. «La semana pasada nos encontramos una administración que amplía el margen para percibir esas becas a aquellas familias que cobran hasta 100.000 euros; eso es retorcer, violentar el propio significado de la política pública de redistribución de la renta y de impulso a políticas de igualdad en generaciones que por desgracia no tienen niveles de renta en sus familias para estudiar lo que consideren oportuno y expandir sus potencialidades». Así se ha pronunciado el presidente del Gobierno respecto del anuncio que hizo la semana pasada Isabel Díaz Ayuso, cuando explicó que de los 600.000 beneficiarios de becas, han propuesto que 20.000 becas vayan destinadas a las rentas medias en la Comunidad de Madrid.

La presidenta de la Comunidad de Madrid puntualizó que se refiere a las personas que cobran «35.000 euros» de salario. Sánchez no es el único que ha opinado que esta forma de repartir el dinero de los contribuyentes «pervierte el sentido» de las ayudas públicas. La ministra de Educación del ejecutivo central, Pilar Alegría, ha considerado este martes que esta flexibilización de los criterios para la concesión de becas en Madrid es una «propuesta retorcida», y a pesar de que el gobierno de Ayuso tiene las competencias para adoptarla «quitan los derechos a personas y familias que lo necesitan para dárselo a rentas que pueden costear esos estudios de sus hijos».

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La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo ha calificado también este martes de «sinsentido». Montero ha insistido en que la propia dirección de los populares avala esta cuestión, que supone atorgar becas a familias para que puedan matricular a sus hijos «en centros privados», y ha advertido de que «pervertir el sentido de las becas» es comenzar «a tocar hueso». Una beca, ha proseguido, significa una ayuda a personas que por su situación o «por nacimiento» no tiene la posibilidad de, por ejemplo, «pagarse libros de texto» y ha recordado que el Estado de bienestar parte de que «la educación pública debe ser para todos».

Además, Montero ha considerado que «asistimos a una carrera de la deslegitimación de los impuestos» encabezada por partidos de la derecha como de la ultraderecha, en alusión a PP y Vox, que plantean «una bajada masiva de impuestos» sin tener en cuenta «el momento que estemos atravesando». Ha indicado que «esa carrera induce un efecto negativo en la conciencia fiscal» de los ciudadanos que ven como los partidos a los que votan «afirman sin pudor» cuestiones como que «el Estado se forra con los impuestos» o que «el dinero está en ningún sitio mejor que en el bolsillo de los ciudadanos».

Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se ha referido a las becas de Ayuso y ha criticado que es un «modelo adverso» para un «Estado emprendedor» y ha añadido que representa una fórmula que «fija la mirada hacia unos pocos». En esta misma línea la portavoz de Unidas Podemos (UP) en la Asamblea de Madrid, Carolina Alonso, ha calificado de «auténtica desfachatez» que la presidenta Ayuso destine «una fuerte cantidad de recursos públicos» para dar becas a «familias acomodadas».