El expresidente del Fútbol Club Barcelona en una imagen de archivo en mitad de todo el proceso judicial. | Efe

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El expresidente del Barça Sandro Rosell se ha querellado contra el excomisario, José Manuel Villarejo, el exjefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, y un agente del FBI para esclarecer si la causa que le mantuvo en prisión provisional casi dos años fue fruto de un montaje policial en el marco de la llamada Operación Cataluña. La querella, a la que ha tenido acceso Efe, ha sido presentada en el juzgado de la Audiencia Nacional que ya investiga a Villarejo por el caso Tándem y se dirige también contra los inspectores Antonio Giménez Raso y Alberto Estévez.

Rosell, que fue investigado en este tribunal y posteriormente absuelto de blanqueo de capitales, pide investigar delitos de organización criminal, falsedad de funcionario en documento oficial, acusación y denuncia falsa, malversación y detención ilegal. Aunque el empresario no se dirige contra la exlíder del PP catalán y actual senadora Alicia Sánchez-Camacho, considera que hay indicios que permitirían investigarla, de modo que deja al criterio del juez la decisión de dirigirse al Tribunal Supremo, órgano competente para investigarla al ser aforada.

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Rosell alude a informaciones publicadas en los últimos meses que mencionan una reunión mantenida el 6 de noviembre de 2012 entre Villarejo y Alicia Sánchez-Camacho, en la que esta habría facilitado al comisario «una auténtica 'lista negra' de personas que, a su juicio, debían ser investigadas y perseguidas policialmente por su relación con el independentismo», entre las que estaba el empresario. Todo ello en el marco de la denominada Operación Cataluña, un supuesto «plan» elaborado contra el movimiento independentista catalán por mandos policiales, miembros del Gobierno y dirigentes del PP -entonces en La Moncloa-, «con la inestimable ayuda de determinados periodistas y medios de comunicación».

La estrategia, según expone la querella, consistía en obtener información y «confeccionar pruebas falsas» para «intimidar, investigar, imputar, perjudicar y desprestigiar» a personas que «se consideraban cercanas al citado movimiento». Entre ellos, dice, se encontraba Rosell, que menciona las «extrañas circunstancias» que rodearon su posterior detención e investigación en la Audiencia Nacional. La querella pide asimismo investigar si Villarejo se reunió en mayo de 2014 con el agente enlace del FBI Marc L. Varri, adscrito entonces a la Embajada de EEUU en Madrid, para, en compañía de otros mandos como el exdirector adjunto operativo (DAO) Eugenio Pino, solicitar ayuda a la policía estadounidense para combatir al independentismo catalán.

Rosell también menciona reuniones entre Villarejo y Marcelino Martín-Blas, para intentar obtener información del empresario que, según las informaciones a las que hace referencia, acabaron derivando en una investigación que vinculaba al empresario con «escándalos de corrupción en el mundo del fútbol». En este contexto, continúa, la Fiscalía de la Audiencia Nacional acabó abriendo una investigación secreta en 2015, pesquisas que culminaría con la presentación de una querella en 2017, que fue la que motivó su detención y su estancia en prisión preventiva casi dos años «antes de ser absuelto» de la acusación de blanqueo de comisiones del expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ricardo Teixeira.