Dibujo de Robert Austin de la Catedral. | R.L.

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En la Royal Collection Trust que reúne los inmuebles y patrimonio de Isabel II –y ahora de Carlos III– se conserva una colección de acuarelas de un estupendo pintor, Claude Grahamer Muncaster (1903-1974) que, verbigracia, anduvo por Palma en 1946 para dejarnos un retrato prodigioso de los astilleros con la Seu al fondo. Muncaster fue un extraordinario dibujante y de ello se dio cuenta la por entonces princesa Isabel, que le encargó acuarelas de todas sus residencias, incluida la última, donde murió, la de Balmoral. Pintó primero los astilleros de Ciutat en 1946 y luego puso su caballete, ese mismo año, frente a las mansiones, arriba y abajo, de Su Majestad...

Pero tenemos a otro artista, refinado y muy relevante. Se trata de Robert Sargent Austin (1895-1973), un dibujante y grabador magnífico que pasó una temporada en la Isla, en concreto en 1927 y 1928. Había sido alumno de Frank Short, el gran renovador del grabado en la Inglaterra de los años veinte. Ya profesor del Royal College of Art (Londres) fue dibujando algunos de los rincones más pintorescos de Mallorca: desde la fachada catedralicia hasta los burros de Selva. Esos esbozos luego los convirtió en grabados que se encuentran, por ejemplo, en el British Museum, en el Metropolitan de Nueva York o en el Art Institute de Chicago.

En 1956, Robert Austin grabó la efigie de Isabel II basándose en unas fotografías hechas por un asistente de la muy famosa fotógrafa de celebrities Dorothy Wilding, quien hizo muchas fotografías de la familia real y de la propia Isabel desde 1936, cuando fotografió a Jorge VI. Muchos de sus retratos de Isabel II son de febrero de 1952, un año antes de su coronación.