Píldora del día después, un método de emergencia al que muchas jóvenes acuden. | Redacción Local

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Casi la mitad de las mujeres de entre 18 y 25 años (el 43,5 %) ha recurrido en alguna ocasión a la píldora del día después y un 20 % reconoce que nunca o casi nunca usa un método anticonceptivo cuando mantiene relaciones sexuales. Es una de las principales conclusiones del estudio «Sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español», encargado por el Instituto de las Mujeres con encuestas a 1.516 chicas de entre 18 y 25 años, y cuyo objetivo es comprobar si se mantienen ciertos estereotipos y patrones de género tradicionales.

En este sentido, la directora del Instituto de las Mujeres, Antonia Morillas, ha destacado durante la presentación de los datos que el feminismo está provocando cambios profundos en la concepción que tienen las mujeres jóvenes del sexo, que se reflejan en una crítica a la pornografía, a la cosificación del cuerpo de las mujeres, la apertura a la diversidad sexual y la desvinculación entre sexo y amor. La edad media de la primera relación sexual es de 16,7 años y, aunque el preservativo masculino es el método anticonceptivo empleado con mayor frecuencia (así lo indican el 83,6 % de las encuestadas), el 43,5 % reconoce que ha tenido que acudir en alguna ocasión a métodos anticonceptivos de emergencia.

Además, un 5,7 % se ha sometido a un aborto, momento en el que recibieron el apoyo de su pareja (40 %), su madre (27,7 %), o una amiga (15,4 %), mientras que un 4,6 % manifiesta haber pasado sola por este proceso, bien porque no ha pedido ayuda, o bien por falta de apoyos. A pesar de que se observa una ruptura con ciertos patrones tradicionales y hay un rechazo generalizado a la cosificación del cuerpo de las mujeres, así como una crítica a la pornografía al considerar que está creada para la garitifación de los hombres, todavía un 57,7 % de las encuestadas reconoce que ha mantenido relaciones sin deseo sexual.

En cualquier caso, el grado de satisfacción con su vida sexual es de 6,6 puntos y lo que más valoran es el placer que proporciona la masturbación, la receptividad de la pareja, la periodicidad de las relaciones y la frecuencia de los orgasmos. La penetración sigue siendo la práctica más habitual entre las mujeres jóvenes, por encima de la autoestimulación (74,6% frente al 66,5 %) y muchas de ellas manifiestan no haber practicado la masturbación hasta después de haber mantenido relaciones sexuales con otra persona, lo que sugiere la vigencia de ciertos tabúes o estereotipos.

En torno a la mitad de las mujeres de entre 18 y 25 años declara haber consumido pornografía en internet y la edad media de acceso se sitúa en los 15,5 años, si bien no faltan quienes señalan edades más tempranas. Su consumo, según ha detallado la responsable del estudio, Silvina Vázquez, se reduce a una vez cada tres meses de media (muy inferior al que realizan los hombres) y la mirada de las mujeres sobre la pornografía es muy crítica, creen que distorsiona la realidad y lo consideran como una «escuela sexual» que supone un riesgo para las configuración de nociones y expectativas sobre sexualidad. Un 37,3 % afirma haber mantenido conversaciones o intercambio de imágenes de índole sexual a través de la red y un 24,3 % ha empleado, además, aplicaciones de citas.

Las violencias sexuales ocupan una posición central en las preocupaciones de las jóvenes, quienes sitúan esta cuestión como un problema social de primera magnitud y el grado de sensibilización resulta significativamente superior entre quienes más se identifican con el feminismo. Un 67,4 % de las mujeres asegura haber recibido comentarios sexuales o sexistas inapropiados en espacios públicos, un 46 % ha recibido imágenes o comentarios de índole sexual sin su consentimiento a través de redes sociales y un 36,2 % ha sufrido tocamientos sexuales no deseados.

Estos datos explican el miedo que sienten las mujeres: un 60,7 % declara haber sentido miedo de que alguien pudiera ejercer algún tipo de violencia sexual sobre ellas en espacios públicos y hasta un 41,6 % ha experimentado temor en lugares de ocio nocturno, mientras que un 20 % tiene miedo a sufrir una agresión sexual en su entorno (escuela, trabajo o pareja). Las encuestadas se muestran, además, insatisfechas con la educación sexual recibida y demandan una mayor y mejor formación afectivo-sexual, al tiempo que consideran que ésta debe darse en la escuela. El 73 % de las encuestadas se declara heterosexual, un 57 % tiene pareja estable y cerrada; un 18 % se identifica como bisexual, un 2,6 % lesbiana, mientras que un 2,2 % es asexual.