El Pequeño Nicolás, en uno de los juicios a los que se ha enfrentado por sus actividades. | Efe

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El excomisario de Policía José Villarejo se enfrenta a una petición fiscal de cuatro años de cárcel por revelación de secretos en el juicio sobre la grabación y filtración de la reunión que mantuvieron en 2014 agentes de Policía y del CNI sobre Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás, quien no está procesado. Sí se sientan en el banquillo de los acusados, junto a Villarejo, su mujer, Gema Isabel Alcalá, y el periodista Carlos Mier, para los que la Fiscalía pide tres años de cárcel al considerarles cooperadores necesarios del excomisario: el periodista trabajaba en el medio digital que dirigía la mujer de Villarejo, quien le encargó grabar la conversación, lo que logró hacer a través de un dispositivo espía.

El juicio arrancará el martes en la Audiencia Provincial de Madrid y se celebrará a lo largo de nueve sesiones, hasta el 2 de diciembre. El de esta causa fue el primer escrito de acusación que se dirigió contra Villarejo, en una de las causas en las que está involucrado en los juzgados madrileños, independientemente de las que se siguen en la Audiencia Nacional. Se trata del proceso sobre la grabación y posterior difusión de una reunión celebrada entre agentes de Policía y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en la que hablaron del Pequeño Nicolás, que era investigado por hacerse pasar por miembro de ese organismo y del Gobierno.

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Inicialmente Francisco Nicolás Gómez Iglesias estuvo investigado pero en octubre de 2018 la magistrada instructora archivó el caso para él. Los hechos que se juzgan ahora se remontan concretamente a finales de septiembre de 2014, cuando Asuntos Internos de la Policía Nacional comenzó a investigar al Pequeño Nicolás, que finalmente fue detenido el 14 de octubre. Un día después el diario digital Información Sensible, que dirigía la mujer de Villarejo, publicó varios artículos firmados por Mier con informaciones «de las que, en ese momento, únicamente tenían conocimiento» Asuntos Internos y la Policía, dice la Fiscalía en su escrito.

El 20 de octubre se celebró una reunión en el despacho del exjefe de Asuntos Internos Marcelino Martín Blas con dos inspectores y dos espías del CNI, a quienes iban a informar de las últimas investigaciones sobre Gómez Iglesias. Según la Fiscalía, Villarejo, que entonces estaba destinado como adjunto al director adjunto operativo (DAO), conocía esa convocatoria «y planeó grabar la conversación (..) con el propósito de difundirla posteriormente (...) y lograr así obstaculizar, entorpecer o bloquear la investigación».

Su mujer, dice el fiscal, ordenó al periodista que grabara parte de la conversación y éste hizo una llamada de 13 minutos a Martín Blas y activó «algún tipo de aplicación informática o software que permitió captar el sonido ambiente sin que pudiera ser advertido» por el comisario, que siempre negó que hubiera recibido dicha llamada. Tras la reunión, el periodista siguió publicando informaciones en las que afirmaba que «fue el CNI quien encargó» a Asuntos Internos «judicializar las pesquisas» sobre el pequeño Nicolás. Para investigar estos hechos, el anterior titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, Arturo Zamarriego, creó una comisión judicial con Martin Blas, si bien la magistrada que le sustituyó dio un vuelco a la investigación y apartó a los policías que la habían llevado a cabo.