La ministra de Igualdad, Irene Montero (d), asiste al pleno del senado. | Efe

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La mayoría del Senado ha dado luz verde este miércoles a la ley trans, que reconoce la autodeterminación de género y desarrolla una serie de medidas para garantizar los derechos de las personas LGTBI. Este trámite salda el paso por el Senado de la norma, que ahora deberá volver al Congreso de los Diputados para su aprobación definitiva al haberse incorporado algunas «cuestiones técnicas» al texto, como la eliminación definitiva de cualquier referencia a al violencia intragénero, la que se da entre parejas del mismo sexo.

El proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI impulsada por el Ministerio de Igualdad ha contado con 144 votos a favor, 108 en contra y 2 abstenciones. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha celebrado este nuevo paso de, en sus palabras, una de las leyes «más importantes de la legislatura» y ha asegurado que el Gobierno velará para que la norma «llegue de forma efectiva a cada rincón del país» pese a que existan «resistencias en su aplicación». Tras el largo debate de este miércoles, no se ha añadido ninguna enmienda nueva.

PP y Vox han presentado sendos vetos al considerar que la ley causará un «daño irreparable» en niños y adolescentes, y generará consecuencias que pueden ser «muy graves», especialmente para las mujeres víctimas de la violencia machista, en palabras del senador popular Jaime Miguel de los Santos. Los vetos han sido rechazados y desde el PSOE la senadora Ana María Agudíez ha criticado que el presentado por Vox sea un «panfleto» con el único objetivo de «difundir un discurso lgftbifóbico, tránsfobo y antifeminista» para mantener a su electorado «en un estado de polarización constante».

La senadora socialista también ha lamentado que el PP «asuma como propias las tesis de la ultraderecha» y que «todo aquello que signifique avanzar en derechos y en igualdad les suene inconstitucional». «El feminismo de este país es imparable y no permitirá ni un paso atrás en la defensa de derechos y libertades», ha reivindicado.

Ante esta intervención, la senadora popular Patricia Rodríguez ha asegurado que los representantes del PP no son «tránsfobos» y quieren «trabajar para la igualdad real y efectiva de las personas trans», pero ha argumentado su veto alegando que el proyecto de ley es «un documento con gran sesgo ideológico» elaborado «sin escuchar a nadie» ni buscar consensos.

Tanto PP como Vox han criticado el trámite de urgencia elegido para esta ley, que el partido de Santiago Abascal ha definido como «anticientítica», «ideológica» y «totalitaria». «Crea inseguridad jurítica», ha sentenciado la senadora Yolanda Merelo. Desde Ciudadanos también han rechazado las «prisas» de la tramitación. «Estamos siendo unos temerarios», ha señalado el senador naranja Miguel Sánchez, quien ha avisado al Gobierno que espera «no tener que afearles lo que vamos a aprobar hoy aquí».

Sánchez ha asegurado que hubiera querido votar a favor de la ley, «pero en un proceso sin urgencias, sin prisas, poniendo todas las cartas encima de le mesa y escuchando a todo el mundo». La senadora de ERC Elisenda Pérez ha afeado a PP y Vox que «niegan el sufrimiento de muchas personas» y «alimentan el discurso del odio», y les ha advertido de que «mirar hacia otro lado no va a hacer que desaparezca un colectivo con los mismos derechos que otros».

Desde el PNV, María Dolores Etxano ha resaltado que «no podemos dar naturaleza de discutibles a los derechos de las personas del colectivo LGTBI» y ha pedido que se respeten las competencias autonómicas en la aplicación de la norma. JxCat ha expresado que la ley es «mejorable», pero votará a favor porque aún así «subsana una deuda que se tenía respecto a las personas LGTBI». «Esta ley no me borra como mujer, me reafirma como persona», ha subrayado la senadora María Teresa Rivero.

Carles Mulet, de Compromís, ha celebrado que este miércoles «se hará justicia a pesar de la caverna», y Koldo Martínez, de Geroa Bai, ha anunciado que las personas del colectivo han «perdido el miedo» y «salido del armario», aunque ha mostrado sus «dudas serias y profundas» sobre la cuestión de los menores de entre 18 y 16 años, que con esta norma podrán cambiar su sexo en el registro sin permiso paterno.