'Tito Berni' (i) y su abogado de camino a los juzgados. | Redacción Digital

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Varias figuras giran en torno a dos nombres clave en el conocido como ‘caso Mediador', el último gran escándalo vinculado a la corrupción que ha conmocionado la escena política nacional. A escasas semanas de las primeras de la lista de entre las varias convocatorias de elecciones en el presente año, un general de la Guardia Civil está en prisión por este asunto, un diputado del PSOE ha abandonado su condición y debe asistir a una auténtica tormenta de titulares que abundan en la posición política de cada cual en este asunto.

La escalada mediática del caso de presunta corrupción arranca en la implicación del exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes, a quien se le atribuye participación en una trama de amaños y favores que incluía el uso de drogas y prostitución. Según el sumario del caso, los investigadores indican que la trama acusada de captar a empresarios bajo la promesa de «obtener privilegios» en materia de contratación pública estaría encabezada por el propio Fuentes Curbelo; su sobrino Taishet Fuentes Gutiérrez, director general de Ganadería; el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas y el empresario canario Marco Antonio Navarro Tacoronte, conocido también como el «mediador».

En su declaración en sede judicial, el exdiputado del PSOE, alias 'Tito Berni', ha negado formar parte de la cúpula de la denominada 'trama Mediador', al tiempo que ha reconocido que su sociedad recibió ayudas europeas al ser preguntado por la juez si «durante» su mandato como director de Ganadería de Canarias «intervino en algún expediente» vinculado a la misma. Así lo afirmó en la declaración que tuvo lugar en sede judicial el pasado 22 de febrero, en el marco de la causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Santa Cruz de Tenerife. Según advierte la instructora al inicio del interrogatorio, Fuentes Curbelo compareció como investigado por presuntos delitos de cohecho, falsedad documental, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo organizado.

En este contexto, la jueza quiso averiguar si Fuentes Curbelo había iniciado a su familiar en la trama, o fue a la inversa, apreciando que entre ellos y con el 'mediador' existen cruces de conversaciones, transferencias y pagos. En todo caso, el vértice sobre el que al parecer pivota todo es el tal Navarro Tacoronte hasta el punto que su figura da nombre a la trama. A raíz del registro de la casa en Fuerteventura del representante público de los socialistas, su grupo parlamentario decidió cerrar «inmediatamente» el despacho que tenía el exdiputado en el Congreso, y le obligó a renunciar a su acta de parlamentario. Todavía permanece allí su ordenador de sobremesa.

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Como consecuencia ‘Tito Berni' ha perdido su condición de aforado. Qué ha revelado sobre su relación con el empresario canario. El político apartado de sus responsabilidades ha asegurado que lo conoció en un encuentro en su despacho de la Dirección General de Ganadería, donde dijo dedicarse a la instalación de fotovoltaicas, y en alguna ocasión le comentó su interés por establecerse en la Zona Especial Canaria. No obstante, el propio Navarro Tacoronte dijo a la Policía que ambos se conocían desde niños.

‘Tito Berni' reconoce una comida con él en la cafetería del Congreso de los Diputados, aunque la instructora de la causa apuntó en el interrogatorio al trasiego inusual de empresarios por la sede de la soberanía nacional para reunirse con el diputado socialista. Mientras aparecen publicadas en ciertos medios de comunicación fotografías indecorosas que para algunos le delatan, Fuentes Curbelo niega haber pedido dinero a empresarios y se desmarca de cualquier trama delictiva. Al hilo, la juez ha avisado al exdirigente que aún no ha podido realizar una investigación patrimonial de todas sus cuentas porque hasta hace poco era diputado, y con lo cual estaba blindado contra ese tipo de pesquisas.

Aunque el socialista ha negado conocer al general Francisco Espinosa, su estatus en el organigrama de la Guardia Civil y su condición de servidor público le colocan en una situación especial en esta trama de presunta corrupción en la que él se retrata a sí mismo como una suerte de cebo dispuesto por el mediador para que otros piquen. Ante la posibilidad de que se destruyan pruebas la jueza instructora dictó en su contra prisión provisional. Hasta el momento han trascendido algunos puntos del interrogatorio, y el llamativo dato de que Espinosa guardaba en su casa 61.000 euros de origen poco transparente en una caja de zapatos.

En concreto la instructora comparte con la Fiscalía que hay que mantener en prisión a Espinosa «el tiempo estrictamente necesario» para no comprometer la investigación, porque considera que en este momento existe «un riesgo real de destrucción de pruebas». Por ello este viernes ha acordado «el mantenimiento de la medida cautelar, no para analizar la prueba, sino para conseguirla». El general de la Guardia Civil está acusado de colaborar en una trama que cobraba sobornos a empresarios de varios sectores a cambio de conseguir contratos, ayudas públicas o de frenar expedientes sancionadores.