El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. | Efe

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La Comisión de Interior del Congreso se reunirá este martes para intentar aprobar su dictamen sobre la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, rebautizada como 'ley mordaza' por sus críticos,una votación decisiva para la que los partidos que integran el Gobierno de coalición no tienen atados suficientes apoyos y que podría acabar haciendo decaer el texto acordado en ponencia. La sesión, que arrancará a las nueve y media de la mañana, acogerá el primer debate público sobre esta proposición de ley desde que el Pleno del Congreso aprobará en septiembre de 2020 la toma en consideración de la iniciativa planteada por el PNV.

En los últimos meses se ha estado trabajando en las ponencia, cuyas reuniones se celebran a puerta cerrada. La ponencia aprobó su informe el pasado 1 de febrero y superó este trámite porque ERC votó a favor pese a que los independentistas catalanes, y también EH Bildu, mantienen sus discrepancias con ese texto. Pero en la votación de comisión, ninguno de estos partidos tiene previsto dar su apoyo al dictamen si el PSOE y Unidas Podemos no se mueven, lo que ya no parece probable.

Por lo pronto, los dos grupos que componen el Gobierno de coalición sólo tienen cerrado el apoyo del PNV y, para que la comisión apruebe un dictamen requieren al menos la abstención de dos grupos minoritarios -ERC, EH Bildu o Junts-, puesto que el PP, Vox, Ciudadanos y el diputado de Navarra Suma y representante del Mixto, Carlos García Adanero, están en contra de la reforma. Pero tanto los independentistas vascos como los catalanes se mantienen en el 'no'.

Así lo han asegurado fuentes de Bildu a Europa Press, mientras que la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, ha explicado en rueda de prensa que votarán en contra «No avalaremos lo que en Cataluña prohibimos hace diez años», ha dicho en rueda de prensa este lunes, en referencia al uso de pelotas de goma a la vez que ha preguntado a En Comú y Podemos si «los derechos fundamentales prevalecen más en una Cámara que en otra».

Por contra, desde el PSOE y Unidas Podemos ponen en valor los acuerdos alcanzados hasta ahora y verían «irresponsable» que sus socios habituales prefieran mantener vigente la ley impulsada en su día por el PP. Ambos insisten en que tras el texto pactado en la ponencia la ley ya no puede seguir llamándose «mordaza» y llaman a sus socios a no dar al traste con todo. El ponente de Unidas Podemos y dirigente de IU, Enrique Santiago, ha recordado este lunes que la norma lleva en vigor ocho años y que el primer intento de reformarla se frustró al concluir la anterior legislatura. Ahora, asegura, «está al alcance de la mano» y sería «un drama» dejar que siga vigente por no haber llevado a un acuerdo tan sólo en cuatro temas.

En un hilo de su cuenta de Twitter, recogido por Europa Press, Santiago apela a los socios habituales del Gobierno para no dejar en agua de borrajas todos los acuerdos alcanzados, incidiendo en que si se consigue aprobar un dictamen en comisión, aún quedarían «varias semanas» para seguir buscando acuerdos «sobre las últimas propuestas de las organizaciones de Derechos Humanos».

Si se salvara el trámite en comisión, el siguiente paso sería el Pleno, donde ya no serían suficiente las abstenciones porque, para salir adelante la reforma se requiere sumar un mínimo de 176 votos, dado su carácter orgánico. Santiago ve factible seguir buscando acercamientos en el lapso entre el debate en comisión y en Pleno. Según subraya el portavoz de IU en el Congreso, la prueba de que el texto de la ponencia recupera «la mayoría de libertades recortadas por el Gobierno de Rajoy» es que las «fundación, partidos y sindicatos derechistas y ultrerechistas trabajan para que no se apruebe».

Los dos puntos más conflictivos siguen siendo la prohibición del uso de pelotas de goma y las 'devoluciones en caliente' de migrantes en las fronteras. Respecto al primer asunto, el PSOE y Unidas Podemos insisten en que no forma parte de esta norma y que debe regularse mediante protocolos para que este material deje de utilizarse, como ya ocurre en Cataluña y el País Vasco.

Este mismo lunes, Santiago insiste en que esos protocolos son los que deben incluir su prohibición, la aplicación de protocolos internacionales y la obligación de utilizar siempre los elementos que resulten menos lesivos. Respecto a las devoluciones en caliente, el PSOE y Unidas Podemos ya pactaron al inicio de la tramitación no incluir en la modificación legislativa el tema de las devoluciones en frontera. Lo fiaron a una reforma de la Ley de Extranjería que tampoco se ha materializado, pero se mantienen en su decisión de no meterlo en la reforma de la 'mordaza'.

«Hemos propuesto la reforma urgente de las leyes de asilo y extranjería, para que esto no impida la urgente reforma de la ley mordaza», explica Santiago, destacando que el PSOE y el PNV también comparten que, en menos de un año debería regularse «con precisión el procedimiento en frontera conforme a las sentencias del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos».

Y también se mantienen los desacuerdos sobre los artículos 36.6 (desobediencia) y 37.4 (faltas de respeto). Respecto al primero, el dirigente de IU pone en valor que se pone fin a la imprecisión de la norma vigente con la regulación de tres supuestos «no arbitrarios, órdenes ajustadas a la ley y la exigencia de una actitud manifiesta y clara».

Además de que conductas que ahora se sancionan como graves, pasarían a ser leves. Sobre las faltas de respeto, Santiago defiende la enmienda que han propuesto es «garantista y objetiva» para evitar «sanciones arbitrarias o desproporcionadas» y que no puedan recaer sobre «expresiones o actos irrelevantes o de disconformidad» o amparadas por la libertad de expresión. Pero, de momento, sigue siendo insuficiente para ERC y Bildu.«Se acaba el tiempo y sería incomprensible que un gobierno como el nuestro acaba la legislatura sin derogar esta norma», ha admitido el coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, llamando a «todas las partes a hacer un último esfuerzo facilite un acuerdo».