Fotograma de un momento de la protesta. | Europa Press

TW
0

Efectivos de la Policía Nacional han desalojado a la veintena de activistas de Greenpeace que desde primera hora de la mañana «cerraban» los accesos al Ministerio de Agricultura para exigir al Gobierno el cierre de las macrogranjas y frenar la contaminación del agua que provocan. Los activistas se habían encadenado a las 5,30 de la mañana a las siete puertas que dan acceso al Ministerio de Agricultura y para su desalojo, que ha concluido a las 10.00 horas, ha sido necesaria la intervención de los bomberos, que han cortado con radiales las cadenas con las que se habían anclado.

Según fuentes de Greenpeace, el desalojo se ha producido sin incidentes y tras la protesta harán entrega del medio millón de firmas que han recogido para exigir el fin de la ganadería intensiva en el país.

Noticias relacionadas

Vestidos con un mono rojo, los activistas franqueaban las puertas del ministerio parapetados por pancartas amarillas en las que podía leerse: «¡Cerrad las macrogranjas ya!, »Las macrogranjas envenenan el agua« o »499.999 firmas contra las macrogranjas. Ministro Planas, falta la tuya«. »Traemos medio millón de firmas de personas que exigimos el fin de las macrogranjas. Es el momento de que Planas pase a la acción. El futuro del planeta y del agua pasa por cambiar el modelo agroalimentario", ha afirmado el responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace, Luís Ferreirim, que ha asegurado que las ganadería industrial está destruyendo el planeta.

Para frenar esta destrucción, la organización ecologista reclama al Gobierno la puesta en marcha de un plan para reducir un 50 % la cabaña ganadera intensiva para 2030. Según las mismas fuentes, por ahora no han recibido contestación a su petición por parte del Ministerio ni del ministro, que hoy visita Extremadura. El Plan de Acción de Aguas Subterráneas 2023-2030 del Ministerio para la Transición Ecológica recoge que el 40 % de las aguas subterráneas de España, claves en un contexto de cambio climático y de creciente escasez de agua, están en mal estado. Las principales causas son la sobreexplotación y la contaminación por nitratos, ha recordado Greenpeace.