A las 2.00 serán las 3.00 | Efe

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La madrugada del sábado 25 al domingo 26 de marzo los españoles adelantarán sus relojes en una hora para cumplir la directiva de cambio de hora, una medida que reabre una vez más el debate sobre su conveniencia, según los expertos consultados.

El cambio se producirá a las 02:00 horas de la madrugada del domingo, cuando habrá que mover las agujas del reloj para que pasen a ser las 03.00.

La directiva europea que fija este reajuste fue incorporada al ordenamiento jurídico español en 2002 y es de obligado cumplimiento para los miembros de la UE, con la justificación de favorecer el ahorro energético en iluminación que, en 2016 y en el caso de España, fue cifrado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) en unos 300 millones de euros, en torno a un 5%.

El hecho de contar con una hora más de luz al día favorece, según fuentes del IDAE, tanto el consumo como el turismo pues la población se anima a salir más de casa y generar actividad económica, sobre todo en el sector ocio.

Sin embargo, también hay detractores de esta medida que esgrimen razones de conciliación, así como de índole sociológica e incluso psicológica.

Así, el presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) José Luis Casero, ha asegurado que los estudios elaborados a finales del siglo XX y sobre los cuales se basó la normativa «reflejaban una realidad distinta a la actual y además no cuantificaban todas las variables, como el gasto en aire acondicionado» por lo que «el impacto real en el consumo energético es pequeño».

En el mismo sentido, el astrónomo del Real Observatorio de Madrid, Pere Planesas, ha asegurado que los informes que avalaron el cambio de hora arrojaban «unas cifras de ahorro insignificantes, en torno a los 6 euros por persona».

Además, en el caso español, el debate de los últimos años se ha ampliado a la posibilidad de recuperar el horario que le corresponde de manera natural: el mismo que tienen Portugal o Gran Bretaña, en lugar del centroeuropeo, adoptado en marzo de 1940.

Armonizar

En aquellas fechas, el régimen franquista adelantó en 60 minutos el huso español, correspondiente con el meridiano de Greenwich, con objeto de evidenciar su alineamiento político con el eje Roma-Berlín.

El horario no se cambió pese al resultado de la segunda guerra mundial porque, como recuerda Planesas, «estamos ante una cuestión de índole política que obedece a la necesidad de armonizar nuestros horarios respecto a los países con los que tenemos mayor actividad comercial..., que son los de la UE».

A ello hay que sumar que «no existe en la opinión pública española un clamor por regresar al horario que nos corresponde» porque la mayoría de las personas «parecen disfrutar de disponer de esa hora extra de luz solar destinada al ocio y el consumo» y en la que «lo cierto es que el ahorro energético pasa a un segundo plano».

Recuperar el huso original, ha insistido no obstante Casero, aportaría «ventajas para nuestra salud como una mejor regulación de los horarios de sueño, comida y 'prime time' televisivo», ya que en su opinión «los horarios actuales repercuten negativamente sobre nuestra productividad y calidad de vida».