El presidente cántabro recibe al presidente del Gobierno en funciones para almorzar con él y tratar los temas más acuciantes para la autonomía. | Europa Press

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El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha salido este miércoles en defensa del presidente de España en funciones, Pedro Sánchez, tras ser increpado por un trabajador de un bar en Santander, que le ha insultado cuando salía del coche para almorzar con el regionalista en un céntrico restaurante de la ciudad.

«No lo tolero», ha sentenciado Revilla, para quien se puede «discrepar» y de «todo» además, pero «insultar nunca». «Me he indignado y he ido a por él», se ha justificado el presidente cántabro a preguntas de los periodistas sobre este incidente, presenciado por los medios y relatado después por él.

Tras admitir que tal vez no debiera haber actuado como lo ha hecho, Revilla ha achacado su reacción a que le ha «molestado» lo que ha visto y escuchado y, también, a que tiene «temperamento», aunque, ha precisado al respecto, no le suele ocurrir.

El líder del PRC desconoce si el hombre que ha proferido el insulto a Sánchez es el dueño de una cafetería ubicada en Bonifaz, la misma calle del restaurante donde han comido, pero ha asegurado que irá este mismo jueves al bar y le cogerá «por banda», porque considera «intolerable» insultar.

«Me he cabreado», se ha excusado Revilla que, «emocionado» ante los medios, ha recordado que él se está encargando de 'vender' por toda España una Cantabria «acogedora» y «amable», en la que se recibe y «respeta» a todo el mundo y no se insulta «a nadie».

«Yo nunca he insultado a nadie», ha asegurado el presidente regional, para reafirmar que hubiera reaccionado igual si en vez de a Sánchez increpan a Quim Torra o a Donald Trump -que «mira que me cae mal», ha apostillado sobre el presidente de Estados Unidos-.

«No voy a consentir yo que en mi tierra un tío salga de esa manera insultar al presidente del Gobierno», ha avisado el mandatario cántabro.

Así, para finalizar, ha insistido en que no hay que «faltar al respeto», sino que hay que ser «educados» y «guardar las formas». «El que insulta pierde todo el derecho, incluso a hablar», ha concluido.

Esta es la secuencia completa.

Como es natural, este desencuentro ha generado muchos comentarios en el ámbito político nacional, entre ellos los de algunas voces de Baleares.