La venta del foie gras estará prohibido en tiendas y restaurantes. | Pixabay

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El foie gras tiene los días contados en Nueva York, después de que las autoridades de la ciudad hayan acordado prohibir su venta a partir de 2022 por considerar que las técnicas usadas para su producción son crueles con las aves.

La Gran Manzana, una de las grandes capitales gastronómicas de Estados Unidos, se sumará así al estado de California, donde el lujoso producto de origen francés ya está vetado.

El Concejo municipal neoyorquino ha aprobado la medida con una amplia mayoría en una votación celebrada este miércoles, por lo que la medida queda únicamente pendiente de la firma del alcalde, Bill de Blasio, cuya oficina ya ha confirmado que la ratificará.

Carlina Rivera, la concejala impulsora de la medida, defiende que la nueva legislación va en contra del «proceso más inhumano» que se da en la industria alimentaria.

Según los defensores de la prohibición, las técnicas tradicionales empleadas para engordar el hígado de las aves resultan extremadamente crueles y una forma de tortura. Para incrementar el tamaño del hígado -hasta diez veces- se fuerza a los animales a ingerir, a través de un embudo o de un tubo, grandes cantidades de alimentos, principalmente granos de maíz hervidos con grasa.

El veto al foie gras, ya sea a su producción o venta, es ya una realidad en varios lugares del mundo, pero la prohibición en Nueva York -una de las ciudades con más restaurantes y tiendas gastronómicas de lujo- puede suponer un importante golpe para la industria.
La medida afectará no solo a las importaciones, sino también a compañías estadounidenses que fabrican el producto, incluidas varias importantes en el estado de Nueva York, para quienes la Gran Manzana es su principal mercado. Para dar tiempo a que las empresas se adapten, el veto no entrará en vigor hasta 2022.

La nueva norma, que es parte de un amplio paquete de medidas para combatir la crueldad contra animales, incluye multas de hasta 2000 dólares (casi 1800 euros) para quien la viole.

No se descarta que, una vez aprobada por el alcalde, la industria inicie una batalla legal contra la prohibición, algo que ya hizo en California, aunque sin éxito, pues los jueces han desestimado hasta ahora sus argumentos.