El artista asegura que su hijo Kike, quien sufre parálisis cerebral, y todos los que están en su situación, se verán afectados por la nueva ley.

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El Congreso de los Diputados se encuentra debatiendo este jueves sobre la 'Ley Celaá', una nueva normativa educativa que pretende fomentar la inclusión y potenciar la enseñanza pública.

Sin embargo, hay muchas personas que se oponen a ella por algunos de sus puntos, entre ellos, Bertín Osborne. A través de un vídeo, el cantante y presentador ha hecho públicas sus dudas y su preocupación al respecto. En él se muestra muy crítico y enfadado.

El artista asegura que su hijo Kike, quien sufre parálisis cerebral, y todos los que están en su situación, se verán afectados por la nueva ley.

«Los padres como yo estamos completamente asombrados de que vayan a sacar adelante una ley que lo que va a hacer es perjudicar a hijos como el mío. Como el mío hay docenas y docenas de miles en España que necesitan permanentemente atención a todas horas del día. No creo yo que en un colegio ordinario vaya a haber terapeutas sentados al lado de mi hijo o de muchos miles como él. Van a tener que cambiarle los pañales cada dos horas, darle las medicinas, intentar entender lo que les están diciendo», comenta.

Y apunta más allá. «Eso teniendo en cuenta que va a estar rodeado de alumnos que no tienen ningún problema y que probablemente todo el cariño y el amor que hay en un colegio de educación especial allí se va a tornar en bullying. Esto es una cosa absolutamente impensable, no sé quien habrá sido el iluminado, ni a quien se le habrá ocurrido hacer este cambio porque supuestamente los que somos beneficiados ya si les digo con toda la seguridad que somos los más perjudicados».

De esta forma, concluye enfadado: «En un colegio ordinario no van a poder ayudarles ni mejorar su calidad de vida, sino todo lo contrario. Lo ha hecho alguien que no tiene ni idea de la problemática. Uno no puede luchar contra la realidad, la realidad es muy terca. Nuestros hijos son como son. Hay un gran porcentaje de niños como el mío. Ojalá haya alguien con dos dedos de frente que cargue esta barbaridad».