Las patologías 2.0 surgen en el seno de las sociedades desarrolladas como resultado del excesivo apego a las nuevas tecnologías. | Pixabay

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La Apnea del WhatsApp, el Síndrome de Google, la depresión en Facebook o el Síndrome Visual Informático son las nuevas enfermedades 2.0, resultado de la excesiva convivencia de los usuarios con dispositivos tecnológicos. Se trata de patologías 2.0 surgidas en el seno de las sociedades desarrolladas y que nacen como resultado del excesivo apego a las nuevas tecnologías.

Según un estudio de la Fundación Telefónica los usuarios miran su móvil hasta 150 veces al día y en España solo el 30% de los adolescentes apaga su teléfono antes de ir a dormir.

Un ejemplo es la nomofobia: la ansiedad y miedo irracional que muchos usuarios sufren ante la posibilidad de perder su teléfono móvil o salir de casa sin él. Lo sufre un 73% de la población según una encuesta realizada por Lookout.

La Apnea del WhatsApp es otro trastorno que consiste en revisar esta app de manera compulsiva en busca de mensajes de amigos y allegados. El Síndrome de la Llamada Imaginaria es otra tecnopatía que sufren el 70% de los usuarios de móvil en España y se desencadena cuando nuestro cerebro nos hace imaginar que escuchamos el tono de una llamada.

La electrosensibilidad es otra patología que afecta a 1 de cada 1000 españoles y se produce como consecuencia de la exposición continuada a los campos electromagnéticos tales como módems o routers; provoca pérdida de memoria a corto plazo, jaquecas e insomnio.

Otro trastorno como el Síndrome Visual Informático, que afecta al 70% de los usuarios, provoca irritación de los glóbulos oculares y dolor articular consecuencia de largas exposiciones ante pantallas de ordenador. Tampoco faltan cibercondríacos o arquetipos de usuario que teclean sus síntomas en el 'Doctor Google' como medio para conocer el origen de sus dolencias.

Por otro lado, la depresión de Facebook la sufren a aquellos que visualizan perfiles de otros usuarios como medio para reducir su tristeza al recordar momentos felices del pasado. Y por último, el síndrome de Google afecta a la memoria de muchos usuarios que tienen como «manía compulsiva» consultarlo casi todo en el famoso buscador: el resultado del acto repetido es que el cerebro no recuerda un dato como consecuencia de la posibilidad de acceder a esa información de manera inmediata.