El supuesto pirata le pidió 11.400 euros, o si no publicaría sus fotos íntimas y mataría a su familia.

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Rajiv Kumar llegó a temer por su privacidad y su integridad y la de su familia después de que un presunto grupo de ciberdelincuentes le amenazara y hackeara su teléfono, pero, tras denunciarlo, descubrió que había sido su hijo de 11 años el culpable.

Este hombre de Ghaziabad, India, acudió desesperado a la Policía tras todo lo que había vivido. Según explicó, el 1 de enero su correo electrónico fue pirateado y, después, estuvo recibiendo amenazas de un grupo de piratas informáticos.

Los hackers le pedían un millón de rupias (unos 11.400 euros) como pago, o si no publicarían fotos íntimas suyas y, después, le matarían a él y a su familia. Kumar ignoró los mails, pero después, estos supuestos ciberdelincuentes empezaron a hackear su móvil.

Cambiaron su número de teléfono de alguna forma y empezaron a acercarse a su casa, por lo que el hombre tuvo miedo al ver que le vigilaban a él y a su familia. Por ello, entró en pánico y contactó con la Policía.

Después de llevar el caso al registro por varios delitos establecidos en el Código Penal de India, las autoridades abrieron una investigación y rastrearon la IP del supuesto hacker. Pero, para su sorpresa, esta dirección les llevaba a la casa de Rajiv Kumar, por lo que los correos electrónicos amenazantes que recibió se enviaron desde su casa.

Tal y como informa India Today, tras interrogar a su hijo de 11 años, se descubrió que había sido él el culpable. El pequeño confesó que fue él quien lo hizo y que aprendió sobre pirateo informático viendo tutoriales de YouTube. Aun así, parece que se creía lo suficientemente listo como para borrar las huellas que dejaba, pero no fue así.

La investigación sigue abierta, por lo que se desconoce cuáles serán las consecuencias que tendrá el hijo Rajiv Kumar. Pero a lo que seguro que se tendrá que enfrentar es a un buen castigo.